Las autoridades sanitarias francesas van a pedir en los próximos días a las 30.00 portadoras de implantes mamarios de la marca PIP (Poly implants prothèses), tanto en Francia como en el extranjero, que los retiren como medida de precaución, informa hoy Liberation.
Esta "decisión única en la historia de la cirugía estética" será anunciada antes del próximo día 24, asegura el diario, que cita como fuente a la presidenta del Instituto Nacional del Cáncer, Agnès Buzyn, y al director general de la Sanidad francesa, Jean-Yves Grall.
El rotativo, que adelantó la información el lunes en su página web, señal que la medida no tiene carácter urgente, sino que se debe al "principio de precaución", según el jefe del servicio de cirugía reparadora del Hospital Henri Mondor de Creteil, Laurent Lantieri.
Las prótesis de la marca francesa PIP son defectuosas y se sospecha que causaron la muerte de al menos una mujer, además de considerarse una amenaza para todas sus usuarias, recordó el diario.
Sin contar con ese fallecimiento, tras la primera reunión del comité de seguimiento creado por el Gobierno francés sobre este problema, Jean-Yves Grall informó el pasado día 14 que se había recibido la información de ocho casos de cáncer en portadoras de implantes mamarios PIP.
El comité precisó no obstante en un comunicado que no se había establecido la imputabilidad entre dichos casos y el porte de prótesis PIP.
Tras haber recibido el pasado noviembre 2000 querellas, la Fiscalía de Marsella abrió una investigación por "lesiones y homicidio involuntario" sobre los implantes mamarios de la marca.
Meses antes, en marzo de 2010, las autoridades francesas retiraron ese gel de silicona del mercado y pidieron a las 30.000 mujeres operadas con él que se hiciesen una revisión médica.
La Fiscalía de Marsella acababa de abrir una primera investigación preliminar sobre la "puesta en peligro de la vida ajena" por esos implantes de Poly Implant Prothese (PIP), susceptibles de romperse con mucha más frecuencia que otros.
La marca PIP, fundada en 1991 en la Costa Azul francesa, cerca de Tolón, llegó a ser el cuarto fabricante mundial de implantes mamarios, pero atravesó un período de dificultades financieras y trabajaba sin la debida autorización de las autoridades francesas, según reveló el diario Le Parisien el año pasado.