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Una de cada dos personas comienza el año haciendo un listado de buenos propósitos. Con los excesos navideños a la vuelta de la esquina, gran parte de las buenas intenciones para el 2012 giran alrededor de cuidarse más, ir al gimnasio, adelgazar, etc. Rutina y motivación son las claves que proponen los expertos para hacer realidad los objetivos ya que sólo se cumplen un 12% de los buenos propósitos de comienzo de año.

Cumplir los propósitos de Año Nuevo requiere un enfoque multidisciplinar ya que factores como la motivación y la constancia juegan un papel muy relevante. “Empezar de forma adecuada es fundamental”, explica la psicóloga Altari Gómez, “ya que se calcula que el 20% de los buenos propósitos se pierde durante la primera semana”. Gómez señala: “es importante no proponerse metas excesivamente ambiciosas y evitar el pensamiento del “todo o nada”, alejarse de vez en cuando de las buenas rutinas no significa que se abandonen los objetivos de forma permanente”, concluye.

El buen propósito más extendido es el de querer adelgazar, y viene muchas veces marcado por los excesos que se han hecho en Navidad. Es típico el empezar una dieta el día dos o apuntarse a un gimnasio, al que pocos siguen asistiendo después de un mes o dos. A lo largo del año el 80% por ciento de los que empezaron a hacer ejercicio o una dieta lo deja.

Jordi Marimón, entrenador personal, recuerda que “después de las fiestas llegan las prisas por recuperar lo perdido, los gimnasios se llenan y la gente se vuelca hacia el deporte y el ejercicio físico de forma casi compulsiva”. Según Marimón, “la clave no es convertirse de la noche a la mañana en un atleta sino encontrar una rutina y un tipo de ejercicio adecuado a cada persona y que pueda ser sostenible en el tiempo”.