El párroco de Borja (Zaragoza), Florencio Garcés, imputado por delitos de apropiación indebida y contra la libertad sexual, ha ingresado en el centro penitenciario de la localidad zaragozana de Zuera, después de que la juez decretara anoche para el cura prisión provisional comunicada y sin fianza.
Los otros cinco detenidos de una misma familia en la operación Espino han quedado en libertad con cargos, según han informado a Efe fuentes de la investigación.
El párroco compareció ayer de nuevo en el Juzgado de Primera Instancia e Instrucción de Tarazona ante su titular, Nieves Pérez, después de que el ministerio fiscal solicitara nuevas diligencias en el caso. La juez ha dictado pasadas las doce horas de anoche un auto de prisión provisional por ver al cura responsable de los delitos de apropiación indebida continuada y agravada, y contra la libertad sexual.
El pasado domingo el sacerdote declaró ante la misma juez y fue puesto en libertad con cargos y sin fianza. Fuentes del caso han explicado que este asunto lo han llevado dos fiscales distintos, uno el domingo, que no estuvo presente cuando declaró el sacerdote y a quien se le envió la testificación del cura por fax, y otro que sí asistió a las declaraciones.
El domingo, la juez le imputó dos delitos al sacerdote, uno de apropiación indebida "agravada" y "continuada" de más de 185.000 euros de fondos parroquiales, y otro contra la libertad sexual.
Tras prestar declaración ante la juez, ayer durante alrededor de doce horas, el sacerdote ha sido enviado al centro penitenciario de Zuera, mientras que los otros cinco detenidos, dos hombres y tres mujeres, vecinos de Borja y miembros de una misma familia, han quedado en libertad con cargos.
Estas cinco personas, detenidas en Borja, comparecieron ante la juez el pasado martes y ésta decidió reenviarlos a los calabozos, después de que el fiscal pidiera nuevas diligencias que se practicaron ayer.
Por el momento, no han trascendido más detalles de esta operación, cuya investigación comenzó el pasado mes de mayo.En cuanto al Obispado de Tarazona, el lunes, adoptó como medida cautelar apartar al sacerdote de su actividad pastoral.
Con respecto a los otros cinco detenidos, la Guardia Civil les acusó de delitos de extorsión, pertenencia a grupo criminal y blanqueo de capitales. Al párroco de Borja inicialmente la Guardia Civil le imputaba un delito de apropiación de indebida de más de 210.000 euros, otro de abusos sexuales continuados, otro de coacciones, blanqueo de capitales y denuncia falsa.
La parroquia de Borja, una localidad de más de 5.000 habitantes, es una de las más importantes de la provincia de Zaragoza. Esta localidad dio la vuelta al mundo a raíz de una polémica restauración que una pintora local realizó a un eccehomo, ubicado en un santuario a las afueras del pueblo.