Madrid ha sido la región elegida por la Guardia Civil para probar un nuevo sistema de telecomunicaciones. La tecnología cedida por una empresa privada hace que la sala de control reciba imágenes en directo de la actuación de sus patrullas e incluso el sistema detecte si un coche estacionado en la calle ha sido robado.
El programa asociado a la cámara detecta, por ejemplo, que un coche aparcado ha sido robado. Instalado en el patrulla, graba en todo momento y transmite imágenes en tiempo real al centro de control. La información es cotejada por las bases de la guardia civil y si tiene dispositivo de localización salta el código.
"Esa patrulla en servicio, sin saberlo, me está chequeando todos los coches con los que se está cruzando. Puede ser desde una matrícula hasta un color" asegura Carlos Alonso, comandante de la Guardia Civil.
Las cámaras están instaladas en cinco vehículos de la guardia civil. Ahora mismo están en pruebas, pero sus posibilidades son mucho más amplias. Las cámaras actúan como los ojos de la guardia civil. El mando conoce lo que ocurre con una información clara sin contradicciones y sin depender de lo que decidan los agentes.
"La posibilidad de ver lo que está pasando en puntos lejanos o pequeñas localidades de la sierra, un accidente nos permite activar recursos y otras agencias involucradas y tomar decisiones que sean correctas" dice Alonso.