La nave de carga rusa Progress M-27M, a la deriva en órbita tras fracasar en su encuentro con la Estación Espacial por un fallo en las antenas, caerá a la Tierra entre el 3 y el 11 de mayo.
El carguero no tripulado, que pesa más de 7 toneladas, lleva en su interior alimentos, agua, oxígeno y otros suministros para la Estación Espacial Internacional. Según RussianSpace.com, tras tres intentos fallidos de comunicación con la nave los días 28 y 29 de abril, se dió por perdida la misión, y ahora se espera que reingrese en la atmósfera de la Tierra entre el 3 y el 11 de mayo.
Mientras, el Mando Conjunto de Operaciones Espaciales de la Fuerza Aérea de Estados Unidos está siguiendo la trayectoria de la nave y ha determinado que realiza una rotación completa cada cinco segundos. Además, ha observado 44 piezas de desechos en las proximidades del vehículo de reabastecimiento y la parte superior del cohete Soyuz que la llevó a órbita, aunque no puede concretar su origen.
Según informa Space.com, el astronauta de la NASA Scott Kelly ha dicho desde la Estación Espacial que la Progress "está condenada a arder en la atmósfera de la Tierra en cuestión de días", tras comprobar el vídeo que muestra cómo gira sin control en la órbita terrestre.