Las mujeres de entre 50 y 60 años que consumen al menos dos porciones de nueces por semana tienen una mayor probabilidad de un envejecimiento saludable en comparación con las que no lo hacían, según un nuevo estudio epidemiológico publicado en el 'Journal of Aging Research'.
Después de considerar varios factores que podrían afectar la salud en los adultos mayores, como la educación y la actividad física, las nueces fueron el único fruto seco asociado con probabilidades significativamente mejores de un envejecimiento saludable.
En este estudio, que fue apoyado por la Comisión de Nuez de California, el envejecimiento saludable se definió como la longevidad con buena salud mental y sin enfermedades crónicas importantes, problemas cognitivos o discapacidades físicas después de los 65 años.
Investigaciones anteriores de la investigadora principal, la doctora Francine Grodstein, anteriormente del Hospital Brigham and Women's, descubrieron que comer nueces puede tener un impacto positivo en la reducción del riesgo de discapacidades físicas en adultos mayores, así como en el deterioro cognitivo.
Además, otros en el mismo grupo de investigación han encontrado disminuciones en las enfermedades cardiovasculares y la diabetes tipo 2, todas condiciones que se vuelven más comunes a medida que envejecemos. No existe una solución única para frenar los efectos del envejecimiento, pero adoptar los hábitos correctos, como comer un puñado de nueces, puede ayudar.
En este estudio, Grodstein analizó datos de 33.931 mujeres en el Estudio de Salud de Enfermeras (NHS) para evaluar la asociación entre el consumo de nueces y la salud general y el bienestar en el envejecimiento.
Estudio
Entre 1998 y 2002, se preguntó a las enfermeras del NHS sobre su dieta (incluido el consumo total de nueces); evaluado para enfermedades crónicas (como cáncer, ataque cardíaco, insuficiencia cardíaca, accidente cerebrovascular, diabetes tipo 2 y enfermedad de Parkinson); y evaluado por problemas de memoria, salud mental y limitaciones físicas (incluidas actividades diarias como dar la vuelta a la manzana, subir un tramo de escaleras, bañarse, vestirse y pasar la aspiradora).
De los participantes en el estudio, se encontró que el 16% eran "personas sanas", definidas como que no tenían enfermedades crónicas importantes, reportaron deterioro de la memoria o discapacidades físicas, además de tener salud mental intacta.
Aunque investigaciones anteriores han conectado una dieta saludable, incluidas las nueces, a una mejor función física entre hombres y mujeres mayores, este estudio solo incluyó a mujeres.
Se necesita más investigación para comprender si estos resultados son válidos entre los hombres. Además, a los participantes no se les asignó comer nueces u otros alimentos; simplemente se les preguntó sobre sus elecciones dietéticas.
Es posible que los sujetos informaron erróneamente su ingesta dietética ya que esta información fue recopilada por cuestionarios. Como estudio observacional, esto no prueba causa y efecto. Sin embargo, esta investigación arroja luz sobre hábitos simples que pueden influir en la salud durante los últimos años de la vida, como comer nueces.