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Alrededor de 12,3 millones de españoles -uno de cada cuatro- están expuestos a niveles de ruido del tráfico superiores a los umbrales dañinos para la salud, lo que supone una de las cifras más altas de la UE, según un informe de la Agencia Europea de Medio Ambiente (AEMA) dado a conocer con motivo del Día Internacional de Concienciación sobre el Ruido, que se celebra este miércoles.

El informe, en el que participaron investigadores del Departamento de Geografía de la Universidad Autónoma de Barcelona (UAB), señala que 103,5 millones de europeos (uno de cada cinco) están afectados por niveles nocivos del tráfico de vehículos, que es, con mucho, la mayor fuente de contaminación acústica en el continente.

La UE marca 55 decibelios como umbral diario para evitar molestias (medidos a lo largo de las 24 horas del día y ajustados a las diferentes sensibilidades durante la mañana, la tarde y la noche) y 50 decibelios por la noche para evitar alteraciones del sueño.

Por detrás están el ruido que generan los ferrocarriles (19,4 millones de europeos), los aviones cerca de los aeropuertos (4,1 millones) y las instalaciones industriales en zonas urbanas (un millón).

El informe indica que la contaminación acústica provoca molestias en 31,7 millones de europeos adultos y trastornos del sueño en más de 13 millones, además de 72.000 hospitalizaciones y 16.600 muertes prematuras al año.

DATOS DE ESPAÑA

En cuanto a España, la AEMA señala que 12,3 millones de personas se ven afectadas por niveles de ruido molestos para la salud provocados por el tráfico rodado durante el día y 9,5 millones durante la noche. Además, este factor causa molestias y alteraciones del sueño a 3,3 millones de ciudadanos, provoca cerca de 4.000 ingresos hospitalarios al año y genera alrededor de 1.000 muertes prematuras anuales.

Se trata de cifras elevadas entre los 26 países analizados en el informe, puesto que son sólo superadas por los 12,6 millones de personas afectadas por el día en Reino Unido; los 8.000 ingresos hospitalarios en Alemania, 5.000 en Francia y 4.600 en Reino Unido, y las cerca de 1.100 muertes prematuras al año en Alemania y en Rumanía.

La AEMA incluye un análisis de 24 capitales europeas en función de sus niveles de ruido. Madrid ocupa el 12º puesto en cuanto al porcentaje de población que sufre más de 55 decibelios por la noche (14,8%), una clasificación encabezada por Sofía (39,1%), seguida de Bucarest (30,5%), Tallin (25,9%), Dublín (22,2%) y Oslo (22,2%). Las capitales menos ruidosas en horas nocturnas son Estocolmo (3,5%), Berlín (8,9%), Zagreb (9,4%), La Valeta (9,9%) y Reikiavik (10,7%).

En el 60% de las ciudades españolas aumentó el número de personas expuestas al ruido del tráfico terrestre entre 2007 y 2012, contra el 35% de todas las ciudades europeas estudiadas. En cambio, hay que destacar la mejora mayoritaria en el caso de las molestias acústicas ocasionadas por el tráfico aéreo, que se han reducido con éxito en el 95% de los aeropuertos españoles.

MAPAS DE RUIDO

Recientemente la Comisión Europea, en su revisión del cumplimiento de la normativa medioambiental de la UE, ha llamado la atención a España por el retraso significativo tanto en la elaboración de mapas de ruido como en la adopción de planes de acción.

Ecologistas en Acción apuntó en un comunicado que pocos municipios incluyen la regulación del ruido ambiental en sus normativas, pese a ser una competencia local. Por ejemplo, sólo 41 de las 179 localidades de la Comunidad de Madrid disponen de un capítulo específico sobre el ruido. "Demandamos a los ayuntamientos y al resto de administraciones a tomar medidas valientes en dirección a un urbanismo y movilidad sostenibles, que protejan la salud de sus vecinos y vecinas y devuelvan el espacio urbano conquistado por el automóvil a las personas", reivindicó.

Según la Organización Mundial de la Salud (OMS), el ruido del tráfico por carretera es el segundo factor más perjudicial desde el punto de vista medioambiental en Europa, sólo por detrás de la contaminación atmosférica. Los efectos nocivos del ruido surgen principalmente por la reacción de estrés que provoca en el cuerpo humano, que también puede ocurrir durante el sueño, y conducen potencialmente la muerte prematura, enfermedades cardiovasculares, deterioro cognitivo, trastornos del sueño, hipertensión o molestias.

La UE ha tomado medidas para abordar el problema a través de una directiva sobre el ruido ambiental que data de 2002. La legislación comunitaria exige a los países que preparen mapas de ruido y elaboren planes de acción destinados a prevenir y reducir la exposición perjudicial a la contaminación acústica.

Entre las medidas tomadas por los países para reducir el ruido están desde acciones que controlan el ruido en su origen, como mejores superficies de carretera, aviones más silenciosos, diseños urbanos para reducir los volúmenes de tráfico y restringir los desarrollos de viviendas en áreas de mucha contaminación acústica.