Un equipo de creadores mexicanos ha presentado un videojuego que permite arrojar balones y botellas al precandidato presidencial estadounidense Donald Trump y aspira a convertirse en una forma de canalizar la ira de muchos mexicanos ante los comentarios ofensivos del magnate contra los inmigrantes.
En "Trumpealo", el jugador puede arrojar zapatos y botellas, entre otros objetos, al precandidato republicano cuando dice alguno de sus mensajes, entre ellos que muchos mexicanos que emigran a Estados Unidos son ladrones o violadores.
"La idea nació cuando vimos que era un tema de mucho interés para nuestros hermanos latinos en Estados Unidos. Esto nos llevó a crear el juego a modo de desacuerdo con el personaje", explicó a Efe Cristian Quiroz, director de operaciones de Karaokulta, la compañía artífice de esta propuesta.
La finalidad del juego, una aplicación para móvil que saldrá a la venta en unas dos semanas, es sumar puntos a base de tirar a Donald Trump desde balones a bolas de bolera, botellas o nopales, las hojas de la higuera chumba, acompañado de una entretenida música de cuerda.
"México no es nuestro amigo", suelta el magnate mientras se mueve por un escenario de teatro con dos pancartas que lo presentan como presidente de Estados Unidos colgadas a su espalda.
Vestido de traje o disfrazado cómicamente, esquiva los objetos que el usuario decide lanzarle.
Si se le echan flores o billetes, se da la partida por terminada y Trump, como ganador, sale todavía más enriquecido y endiosado de la tarima.
"El fin del juego es que él no pueda salir del escenario y se le puedan seguir arrojando objetos", explicó Quiroz, quien especificó que, tras el periodo de prueba, el juego se podrá descargar en los sistemas Android e iOS.
Anticipándose a críticas por la violencia presente en el juego, afirmó que este nació con la intención de "divertir" y que, por la respuesta y difusión recibida, tiene constancia que "mucha gente" respalda el proyecto.
"Es la opinión que tenemos los mexicanos ante este precandidato a la (elección) presidencial. Se puede tomar como una broma o una anécdota", aseveró Quiroz, que forma parte de esta pequeña compañía de jóvenes programadores y diseñadores afincados en Guadalajara, capital del occidental estado de Jalisco.
El magnate inmobiliario no ha dejado de crear polémica con sus comentarios sobre inmigración desde que, el pasado 16 de junio, anunció su candidatura a la nominación del Partido Republicano.
Trump defiende la deportación de más de once millones de indocumentados y la construcción de un muro en su frontera sur para bloquear los flujos de inmigración clandestina.
Además ha amenazado con embargar remesas "derivadas de salarios ilegales" enviadas por inmigrantes, ha calificado de criminales y violadores a los mexicanos y ha lanzado comentarios despectivos sobre los que llama "bebés ancla" que tienen las indocumentadas en Estados Unidos y reciben la ciudadanía al nacer.
En México, no es la primera vez que Trump y su inconfundible tupé rubio reciben "golpes" -en la ficción- propinados por parte de la ciudadanía.
Hace unos meses, en la norteña ciudad fronteriza de Reynosa una empresa elaboró una piñata con la imagen del magnate que se vendió como churros y permitió que niños y adultos desahogaran su rabia contra Trump a bastonazos.
Ello mismo aconteció entre la comunidad latina de San Diego, en California, que convirtió en éxito de ventas otra figura de cartón piedra de este precandidato republicano con un marcado discurso antiinmigratorio.