La popular lluvia de estrellas de las Perseidas alcanzará este año su máximo en la noche del 12 al 13 de agosto, cuando la Luna en fase menguante no será un obstáculo para su observación y se podrá ver una media de 100 a 120 meteoros por hora, según el Instituto de Astrofísica de Canarias.
Según indica el centro científico en un comunicado, este año el máximo de la famosa lluvia de estrellas se producirá el 13 de agosto entre las 01:30 y 14:00 de Tiempo Universal (TU, una hora más en Canarias y dos en la Península), de modo que el mejor momento para su observación será entre la noche del 12 y la madrugada del 13, aunque con actividad también en días anteriores y posteriores.
OBSERVACIÓN SIN TELESCOPIO
Para quienes quieran disfrutar de la lluvia se aconseja la observación a simple vista, sin telescopio ni anteojos de ningún tipo. Cualquier punto de observación (playa, terraza, campo) es bueno siempre que ofrezca cielos despejados hacia el norte y hacia el este y no tenga luces brillantes cerca.
Las llamadas estrellas fugaces son en realidad pequeñas partículas de polvo de distintos tamaños, algunas menores que granos de arena, que van dejando los cometas a lo largo de sus órbitas alrededor del Sol. Cuando un cometa se acerca a las regiones interiores del Sistema Solar, su núcleo, formado por hielo y rocas, se sublima debido a la acción de la radiación solar y genera las características colas de polvo y gas.
La corriente de partículas resultante se dispersa por la órbita del cometa y es atravesada cada año por La Tierra en su recorrido alrededor del Sol. Durante este encuentro, las partículas de polvo se desintegran al entrar a gran velocidad en la atmósfera terrestre, creando los conocidos trazos luminosos que reciben el nombre científico de meteoros.
El nombre de Perseidas, aunque en España también se las conoce como "Lágrimas de San Lorenzo" por la festividad del santo, se debe a que la zona del cielo de donde parecen salir los meteoros por un efecto de perspectiva (radiante), se encuentra en la constelación de Perseo.
Su popularidad se debe en parte a su actividad, de las más intensas, y en parte a que se produce en agosto, mes de verano en que, lejos de las luces de las ciudades, se puede disfrutar más del cielo nocturno por las cálidas temperaturas.
Las Perseidas tienen su origen en los pequeños fragmentos -meteoroides- desprendidos del cometa periódico 109P/Swift-Tuttle, que da una vuelta alrededor del Sol cada 130 años. Las Perseidas han sido observadas durante siglos pero fueron reconocidas oficialmente a mediados del siglo XIX y es una de las lluvias mejor estudiadas.
Los meteoroides de las Perseidas golpean nuestra atmósfera a 59 kilómetros por segundo -mucho más rápidas que las Gemínidas, que lo hacen a 35- por lo que resultan meteoros rápidos y brillantes. Sin embargo, sus tamaños son pequeños, pues los meteoroides que causan las Perseidas de brillos intermedios tienen unos pocos milímetros de diámetro y los que producen los bólidos (meteoros muy brillantes) sólo centímetros de ancho.