La investigación apunta que Laura Luelmo murió el día que desapareció

  • La autopsia preliminar indicaba que murió dos o tres días después
  • Bernardo Montoya era un sospechoso "con mayúsculas" desde el primer momento
Laura Luelmo
Laura Luelmo

La Guardia Civil ha difundido en una rueda de prensa nuevos datos sobre el caso de Laura Luelmo, la profesora de 26 años asesinada en El Campillo (Huelva). Según la información desvelada, la Benemérita considera que la joven zamorana murió la noche del 12 de diciembre, el mismo día que desapareció. Al parecer, el asesino confeso, Bernardo Montoya, la llevó a su casa (dato adelantado en exclusiva por Buenos Días Madrid), donde la golpeó contra el suelo.

Así lo han manifestado el coronel jefe de la Comandancia de la Guardia Civil de Huelva, Ezequiel Romero, y el teniente coronel de la Unidad Central Operativa (UCO) Jesús García Fustel.

Los investigadores creen que la joven no estuvo toda la noche en la vivienda y que Montoya la llevó enseguida, probablemente en el maletero de su coche, hasta el lugar donde fue hallado el cadáver y donde la agredió sexualmente. También sospechan que, dada la posición de las piernas y el cuerpo, Laura "no tuvo sufrimiento" en ese lugar y que, por tanto, podría estar inconsciente.

La Guardia Civil encontró restos de sangre de la víctima y del presunto asesino en la casa de Montoya y también parte de la compra que Laura Luelmo había hecho en el supermercado antes de desaparecer.

La hora de la muerte

También han afirmado no tener aún datos concluyentes de cuándo se produjo la muerte de la joven, pese a que la autopsia preliminar la situó entre dos y tres días después de su desaparición. "No tenemos una autopsia totalmente finalizada, los datos que existen son previos y, con lo que nosotros manejamos, puede que no se correspondan con la realidad", ha dicho el coronel Ezequiel Romero.

"No tenemos una autopsia totalmente finalizada, los datos que existen son previos"

Además, han asegurado que, en el momento en el que lo que se investigaba era la desaparición de la joven, no había indicios con "carga probatoria" contra Montoya. Según han dicho, habría sido posible hacer un registro voluntario, pero tenían que "valorar bien" lo que hacían. En todo caso, Montoya siempre fue el principal sospechoso de los investigadores. Era, en concreto, un sospechoso "con mayúsculas".

Otro dato que han ofrecido es que Bernardo Montoya fue a un centro de salud por un golpe en las costillas dos días después de la desaparición de la profesora. "Pensamos que pudo ser por un forcejeo con Laura", ha precisado la Guardia Civil, al tiempo que aclara que ese hecho hizo incrementar las sospechas sobre Montoya.