Uno de cada tres jóvenes considera inevitable o aceptable en algunas circunstancias controlar los horarios de la pareja, impedir que vea a su familia o amistades, no permitir que trabaje o estudie o decirle cosas que puede o no puede hacer.
Son datos del informe Percepción social de la violencia de género en la adolescencia y la juventud, presentado por la secretaria de Estado de Servicios Sociales e Igualdad, Susana Camarero y la delegada del Gobierno para la Violencia de Género, Blanca Hernández, y que se basa en una encuesta realizada a 2.500 personas de entre 15 y 29 años.
Además, el estudio señala que un tercio de la juventud afirma conocer alguna víctima de violencia de género, "una cifra bastante similar a la del conjunto de la población", ha explicado la socióloga y coordinadora del informe Verónica de Miguel, quien ha aclarado que "sería arriesgado" trasladar esta percepción para cuantificar el número real de víctimas.
"Estamos especialmente preocupados por los jóvenes y su percepción de la violencia de género, porque vemos que sus relaciones afectivas y sociales tienen comportamientos discriminatorios e inadmisibles, verdaderas señales incipientes de violencia que anticipan otras manifestaciones más graves de maltrato", ha dicho la secretaria de Estado.
Por ello, el Gobierno va a poner en marcha dos nuevas campañas este año para fomentar la igualdad en los adolescentes y para prevenir y denunciar la violencia de género.
Una de ellas va dirigida en los jóvenes, a los que considera grupo de especial vulnerabilidad en este ámbito, y la otra a la población en general y en ellas se lanza el mensaje de que "contra la violencia de género no vale callarse, no vale el silencio, hay que denunciar", ha anunciado la secretaria de Estado.
"Nuestros jóvenes tienen menor percepción de la desigualdad de género que los demás", ha destacado Camarero, quien ha recordado que un tercio de los jóvenes no considera conducta de riesgo responder a un mensaje en el que se le insulta.
No obstante, el 88 por ciento sabría a dónde acudir para interponer una denuncia por malos tratos. La secretaria de Estado ha destacado la importancia de las campañas, "porque están ayudando a reconocer que la violencia psicológica también es violencia" de género y ha explicado que la última de ellas, "Hay salida", puesta en marcha en noviembre, ha multiplicado las llamadas realizadas al teléfono 016 por parte de menores y de personas del entorno de la víctima.
El estudio concluye que la población joven es algo más tolerante que la población en general hacia las conductas de control y señala que el 33 por ciento considera aceptable ese control en algunos casos.
El 96 por ciento de las mujeres y el 92 por ciento de los jóvenes considera inaceptable la violencia de género, aunque "no todas las formas de violencia concitan el mismo rechazo, ni todos los comportamientos que constituyen maltrato son identificados como tales", ha alertado la socióloga. Así, declaran inaceptable la violencia física y sexual el 97%, la violencia verbal el 93% y el 67 por ciento la violencia de control.
Respecto al alcance de la violencia en el entorno de los entrevistados, una de cada tres afirma conocer alguna víctima, un porcentaje que asciende al 34 por ciento en el caso de las chicas y al 24 por ciento en los chicos encuestados.
También hay diferencias respecto a las víctimas, ya que las mujeres responden con más frecuencia a las amigas, mientras que los hombres conocen casos de su vecindario. En todos los tramos de edad, las mujeres son más intransigentes que los hombres ante cualquier tipo de maltrato.
Los encuestados consideran más vulnerables a las mujeres discapacitadas, seguidas de menores de edad y extranjeras. Ante los casos de violencia de género, el 58 por ciento llamaría a la Policía, el 23 por ciento se enfrentaría al agresor y el 14% llamaría la atención de otras personas.
Más de la mitad de los encuestados conocen o han oído hablar de la Ley Integral contra la Violencia de Género y el 88 por ciento cree satisfactoria la existencia de una normativa específica.
Para la secretaria de Estado, aunque los jóvenes hayan crecido con esta ley y se hayan educado con la asignatura de Educación "no ha sido suficiente" para corregir estas conductas, por lo que ha apostado por seguir avanzando en el ámbito educativo, con la inclusión de contenidos obligatorios de igualdad desde Primaria al Bachillerato.