Abortos forzados, hambre, palizas, violaciones grupales, secuestros, chantajes con sus bebés, hijos que obligan a sus madres a prostituirse, maridos a mujeres, a hijas, a hermanas. Todo esto pasa en España miles de veces cada año: son las múltiples formas que adopta la trata de mujeres.
La trata de mujeres con fines de explotación sexual está "gravemente asentada" en España y el proxenetismo es una actividad "en constante e imparable expansión" que constituye un negocio "boyante" con unos beneficios diarios que superan los cinco millones de euros, la mayor parte en dinero negro.
Son consideraciones de la Fiscalía General de Estado que denuncia que la normativa española no tiene previsto un régimen de protección integral para estas víctimas y urge a elaborar una Ley Integral contra la Trata.
Este lunes 23 de septiembre se conmemora el Día Internacional contra la Explotación Sexual y la Trata de Personas, que en España afecta a miles de mujeres.
Cada caso es un mundo que, por la dignidad de las víctimas, merecería un estudio individualizado, dice la Fiscalía, que insta a elaborar un patrón general con criterios criminológicos y, posteriormente, analizar cada una de las manifestaciones de trata más frecuentes en España teniendo en cuenta el modus operandi de las organizaciones y la nacionalidad de las víctimas.
Así, explica el Ministerio Público en su memoria que en España la trata de mujeres tiene algunos elementos comunes como que su finalidad es la prostitución; que se explotan mujeres procedentes "de todas las partes del planeta"; y que se ejerce "abusando de su patente necesidad, escasísima formación y evidente pobreza".
Vendidas, humilladas...
La mayoría de ellas han sido "vendidas, agredidas, golpeadas, marcadas, humilladas, amenazadas y coaccionadas de todas las maneras imaginables para vencer su resistencia a ser explotadas"; son sometidas a condiciones de explotación insufribles; y desconfían de las autoridades judiciales y policiales cuando son rescatadas.
Además, en el patrón común de las víctima se ha constatado que el grado de sufrimiento es tal que algunas quedan marcadas de por vida con graves lesiones psicológicas y que, cuando son liberadas, no tienen otra opción que seguir prostituyéndose para sobrevivir. Incluso llegan a integrarse en las redes que las prostituyeron.
La mayoría de las mujeres identificadas como víctimas de trata han sido localizadas en la calle, establecimientos de alterne, clubes o pisos regentados en régimen de proxenetismo "consentido". En su mayoría han sido traídas a España engañadas con la promesa de un futuro mejor y contrayendo deudas desorbitadas.
Y a este perfil común hay que sumar el propio de cada nacionalidad o lugar de procedencia de las víctimas.
La trata sexual africana
- En su mayoría proceden de Nigeria, pero hay casos de Marruecos, Guinea y otros países.
- Los explotadores constituyen el último eslabón de una cadena firmemente conectada, dirigida y supervisada por unas organizaciones perfectamente estructuradas.
- Para garantizar su sumisión y el pago de la deuda los captores suelen recurrir a la práctica de distintos ritos de vudú -religión muy arraigada en la que las consecuencias de no cumplir el juramento son perjudiciales tanto para ellas como para sus seres queridos-.
- Son obligadas a ejercer la prostitución en cualquier lugar y circunstancia de manera indiscriminada: en la calle, carreteras, pisos, casas cuevas, y cobran entre 5 y 10 euros por servicio. Les imponen horarios agotadores, no pueden rechazar a ningún cliente y deben entregar todo el dinero. Son comunes las palizas.
- Sus hijos son utilizados como medio de coacción. Se ha llegado a separar a madre e hijo en localidades muy alejadas. Los niños quedan al "cuidado" de los tratantes mientras las madres son prostituidas. Se les practican abortos forzosos.
- Su propia liberación es "extremadamente dificultosa" y el montante de su deuda va aumentando hasta ser "descomunal". Una posibilidad de liberación –tras años de sometimiento– es la de entregar o facilitar otra mujer (normalmente de su familia) que la sustituya. Algunas llegan a integrarse en el propio grupo criminal.
La trata sexual americana
- La Fiscalía alerta del aumento de trata de mujeres venezolanas, aunque se detectan víctimas de numerosos países (Paraguay, Colombia, Bolivia, Chile, Cuba, Ecuador...).
- Destaca la gravedad de la trata paraguaya, la más numerosa. Son mujeres guaraníes de familias muy pobres, sin formación, que apenas entienden la lengua española, en situación de desamparo extremo.
- Son incapaces de pedir auxilio pues si sus familiares o la comunidad de la que proceden descubren que han ejercido la prostitución, aunque hayan sido forzadas, son rechazadas y aisladas, como si se tratara de una muerte civil. Por ello es muy difícil su retorno familiar y casi imposible que colaboren en la persecución del delito.
La trata sexual asiática
- Casi la totalidad son mujeres chinas pero se han detectado casos de víctimas tailandesas, filipinas o paquistaníes.
- En un principio, los "clientes" también eran chinos, pero ante el auge de la prostitución en España ahora son de numerosas nacionalidades e incluso hacen publicidad con tarjetas distribuidas en los parabrisas de los coches.
- Suele estar ligada a organizaciones criminales piramidales, muy jerarquizadas y que funcionan con compartimentos estancos.
- Tras llegar a España son recluidas en pisos bajo un férreo control donde, además del uso de la violencia, son obligadas a consumir drogas. Una "controladora", que por lo general también fue víctima de trata, se encarga de "comprobar los servicios y recaudar el dinero.
- Se han detectado casos de vietnamitas menores de 21 años obligadas a prostituirse con extrema violencia.
La trata sexual europea
- La mayoría de las víctimas son rumanas, pero las hay procedentes de numerosos países: Bulgaria, Hungría, Moldavia, Polonia...
- Las condiciones de explotación son extremadamente abusivas (horarios extenuantes; imposibilidad de rechazar clientes; falta de protección). En muchas ocasiones se usa la violencia y la intimidación (directa o hacia sus familiares) para doblegar su voluntad.
- A veces son captadas por un "seductor" que forma parte de una organización o grupo criminal. Su misión la realiza en Rumanía donde se le provee de los medios necesarios –coche de gama alta, dinero, ropa de calidad...– para "enamorar" a la víctima: una adolescente joven muy vulnerable. Tras ganarse su confianza le propone un traslado a España donde es entregada a la organización. También las captan por Internet.
- En muchos casos las víctimas no son captadas ni seducidas ni engañadas. Es su propia familia la que las lleva a España para explotarlas. A veces es el esposo quien obliga a prostituirse a la mujer.
- Las víctimas suelen ser menores de edad o muy jóvenes (menos de 21 años). Se ha llegado a denunciar a un hijo por explotación de su madre (la convence para que venga a cuidar de su nieto recién nacido y, una vez aquí, la fuerza a prostituirse).