El hombre de 36 años y nacionalidad colombiana, que ha fallecido esta madrugada a las puertas de una discoteca de Girona, ha muerto a causa de los golpes recibidos de una persona entrenada en el ejército de un país del este, según el secretario de la patronal de locales de ocio, Joaquim Boadas.
La autoría del crimen todavía no ha sido confirmada, ya que el juez ha decretado secreto de sumario, aunque los Mossos d'Esquadra han confirmado la detención de tres personas, dos de nacionalidad rumana y otra polaca.
Boadas ha explicado que el origen del suceso ha sido una pelea en el interior de la discoteca Caribbean, ocurrida alrededor de las cinco de la mañana, y podría tener relación con una chica.
Conminados los implicados en la discusión a abandonar el local, el conflicto ha continuado en el exterior, donde ha tenido lugar el ataque mortal, en el que, sin embargo, no se han utilizado armas.
La policía ha precintado un turismo a las puertas de la discoteca, que pertenece a alguno de los participantes en la pelea, aunque un empleado del servicio de limpieza municipal que ha visto el cadáver poco después de la llegada de los Mossos d'Esquadra ha explicado que había otro vehículo en la zona con notables daños en la carrocería.
Los Mossos han llegado al lugar del suceso poco después de que la discusión se trasladase al exterior de la sala Caribbean, ya que la comisaría principal de la Policía Autonómica en Girona se encuentra a escasos metros del lugar.
Sin embargo, Joaquim Boadas ha relatado que los hechos se han precipitado rápidamente y que no ha habido tiempo de evitar el crimen, y ha advertido que la patronal que representa, la Federación Catalana de Actividades Recreativas Musicales (Fecasarm), se personará como acusación popular y dirigirá la actuación del propietario del local como acusación particular.
"No estamos dispuestos a permitir que la actuación de un indeseable tire por el suelo todo el trabajo realizado de dignificación del sector", ha manifestado Boadas, quien ha desvelado su intención de solicitar para el autor "la pena máxima de quince años por este tipo de delito que establece la ley".
El secretario general de Fecasarm entiende que el agresor, "preparado militarmente, debía saber que, con su actuación, podía acabar con la vida de otra persona".
Joaquim Boadas ha subrayado que el propietario del local está "abatido" y que la imagen de su establecimiento se ha deteriorado por estos hechos.
Para Boadas, se trata de un hecho "excepcional" y ha reclamado que no se generalice sobre la violencia en el ocio nocturno.
La discoteca Caribbean cuenta con cámaras de vigilancia, que analizará la Policía Autonómica, y con avisos de su presencia que, según ha reconocido el secretario general de Fecasarm, no han funcionado en esta ocasión como recurso disuasorio.