Aunque esperada, no ha dejado de ser llamativa la negativa de los padres y los hermanos de José Bretón a declarar hoy ante el jurado en el juicio en el que se le acusa de matar a sus dos hijos el 8 de octubre de 2011.
En la quinta jornada del juicio a Bretón estaban programadas las declaraciones de su familia más directa, que podían arrojar luz sobre el comportamiento del acusado antes y después de la desaparición de sus hijos.
Amparándose en su derecho a no declarar al ser familia directa del acusado, tanto los padres como los hermanos de Bretón han decidido guardar silencio ante el jurado.
Bartolomé Bretón, padre de José, entró con dificultad en la sala de vistas ayudado por una auxiliar de la Audiencia de Córdoba y, apoyado en su bastón, se sentó en el banco de declaraciones.
Su avanzada edad no le ha permitido escuchar bien la pregunta del presidente del tribunal de si deseaba declarar, aunque cuando ha sido consciente de ello, su respuesta ha sido rotunda: "No voy a declarar nada".
Abandonó la sala de inmediato con igual dificultad y casi sin percatarse de que su hijo, a escasos metros, lo saludaba para despedirse de él.
Era el turno de su madre, Antonia Gómez, quien nada más entrar en la sala se dirigió con decisión a su hijo para besarle y cruzar con él unas ininteligibles palabras. "No voy a declarar", ha espetado al tribunal antes de volver a besar a su hijo y abandonar las dependencias.
Entró entonces Catalina Bretón, hermana del acusado, que repetía lo mismo ante el tribunal: "No voy a declarar" y abandonaba el lugar tras dirigir una mirada cómplice a su hermano.
Finalmente, Rafael Bretón confirmaba con las mismas palabras el silencio de la familia y se despedía de su hermano con un breve saludo.
El jurado se ha quedado sin escuchar unos testimonios importantes y sin conocer de viva voz cuál fue la actitud de José Bretón antes y después de la desaparición de sus hijos.
Oportunidad perdida también por los Bretón para confirmar o desmentir todos los datos y conversaciones que se conocerán en días posteriores, cuando tengan lugar las pruebas periciales y documentales.
Queda por tanto en el aire, por el momento, saber los mensajes que se cruzaron Bretón y su hermano los minutos antes de desaparecer su hijos, constatar si quedaron para verse en la Ciudad de los Niños el día del suceso o si en algún momento el acusado hizo una confesión a su familia de lo que pudo ocurrir.
LOS CUÑADOS SE EMOCIONAN AL RECORDAR A LOS NIÑOS
Silencio que, sin embargo, ha quedado roto por los cuñados de Bretón, quienes sí tenían la obligación de declarar y que se han mostrado emocionados al recordar a sus sobrinos, y nerviosos y esquivos ante las pertinentes preguntas de la fiscal y la acusación particular.
"No lo recuerdo en este momento", ha sido la frase más utilizada por José Ortega, marido de Catalina Bretón, cuando las respuestas a las preguntas podían ser sensibles de perjudicar al acusado.
"Si en mi declaración pone eso, esa es la verdad", ha reiterado en las ocasiones que le han tenido que recordar sus declaraciones ante la policía y el juez instructor cuando no se acordada de lo que había pasado después de veintiún meses del suceso.
Sin embargo, no ha podido obviar su opinión a una pregunta directa. "¿Cree usted que Bretón mató a sus hijos?", le ha requerido tanto el fiscal, como la acusación y la defensa. "No lo creo, aunque sí creo que sea responsable de sus hijos y que algo malo les ha hecho. Él lo sabe", ha concluido.
Leticia Fernández, mujer de Rafael Bretón, no ha dudado en asegurar que es "inexplicable" que el acusado pudiera perder a su hijos aunque no le cree capaz de asesinarlos.
"Es un padre normal, estricto, pero normal", ha asegurado antes de lamentar que si el informe que determinaba que los huesos hallados en la finca de Las Quemadillas eran de humanos inmaduros se hubiera conocido antes, "nos habríamos ahorrado mucho dolor".