Un estudio de la Oficina de Armonización del Mercado Interior (OAMI) revela que el 12,3% de las ventas del sector de juegos y juguetes de la Unió Europea (UE) se pierde debido a las falsificaciones, lo que supone unas pérdidas anuales de 1.400 millones de euros y conlleva además la pérdida de 6.150 puestos de trabajo, ya que los fabricantes legítimos "emplean a menos trabajadores de lo que lo harían en ausencia de las falsificaciones".