Un 30% de los jóvenes españoles reconoce tener episodios de depresión e insomnio

  • Cansancio y falta de energía, problemas de sueño, y desordenes alimenticios, entre los principales problemas
  • Ocho de cada 10 jóvenes querrían cambiar algo de su cuerpo, y cuatro de cada 10 han hecho dieta

Un 30 por ciento de jóvenes de entre 15 y 29 años reconocen que han tenido episodios de insomnio o ansiedad, y hasta un 21 por ciento depresión. Es el resultado de una encuesta de la Fundación de Ayuda a la Drogadicción realizada a 1200 jóvenes españoles.

Es reveladora también la percepción que tienen de su cuerpo: 8 de cada 10 jóvenes querrían cambiar algo de su cuerpo, y 4 de cada 10 han hecho dieta. Los jóvenes españoles tienen una esperanza de vida dos años superior a la europea. Y la tasa de mortalidad más baja de la Unión. El 87% asegura tener buena salud aunque la percepción varía de hombres a mujeres. Ellas sufren más enfermedades crónicas, van más al médico y se automedican más que ellos.

El 30% de los jóvenes asegura haber sufrido en el último año algún episodio de ansiedad, falta de energía, trastorno de sueño o desorden alimentario. Les preocupa su imagen, 4 de cada 10 ha hecho dieta en el último año, el 72% asegura hacer ejercicio y el 40% toma fruta una vez a la semana. El 15% de la población española son jóvenes de 15 a 29 años. Y no es hasta lo 31 cuando se tiene el primer hijo.

SÍNTOMAS DEPRESIVOS

Así pues, dos de cada diez jóvenes españoles de entre 15 y 29 años cree tener síntomas depresivos, especialmente las chicas, que superan a los chicos en ocho puntos, un 24,3 frente al 16 %, si bien solo la mitad de ellos ha sido diagnosticado.

Lo revela el primer "Barómetro juvenil de vida y salud", realizado por la Fundación de Ayuda contra la Drogadicción (FAD) y la Fundación Mutua Madrileña, del que se desprende además que, pese a que los jóvenes de nuestro país creen tener un peso por debajo del recomendado, a más de la mitad le gustaría perder peso.

En el estudio se aprecian diferencias de género considerables: del 38,6 % de los jóvenes de entre 15 y 17 años que consideran que su Índice de Masa Corporal (IMC) está por debajo del adecuado, ellas rozan el 50 % y ellos no superan el 15%.

Lo mismo ocurre en la franja 18-29 años: un 56 % piensa que pesa menos de lo recomendado, un 55,9 % chicas y un 17,7 % chicos. También son ellas las que, a pesar de ello, querrían bajar de peso (64 % frente al 50 %). De hecho, casi cuatro de cada diez siguen o han seguido alguna dieta con este propósito, pero solo el 9 % lo hicieron bajo supervisión médica.

"Es una llamada de atención para seguir investigando", ha subrayado la subdirectora del Centro Reina Sofía sobre Adolescencia y Juventud, Anna Sanmartín, quien al ser preguntada por la contradicción entre estos datos y los elevados índices de obesidad infantil y adolescente en nuestro país, ha admitido que los chicos han podido declarar el peso deseado en lugar del real.

PREOCUPADOS POR LA IMAGEN

Y es que la inmensa mayoría, el 88 %, afirma estar preocupado por su imagen externa y quisiera cambiar alguna o muchas partes de su físico. El 20 % de las chicas admitió no estar nada conformes con su aspecto y lo cambiaría todo, una cifra que se reduce al 13 % en el caso de ellos.

Datos que contrastan con el hecho de que los alimentos que más dicen consumir son carnes (el 87 % a diario o varias veces por semana) y cereales y leche y derivados (86 %); casi la mitad come dulces y pastelería casi a diario, mientras que el 40 % prueba la fruta una o menos veces por semana.

Y con que el 26 % dice no hacer ejercicio y el 38 % solo lo realiza de forma ocasional; en este caso, ellas casi duplican el índice de sedentarismo del de ellos, con un 33 % frente al 18 %. Otro de los datos que arroja el informe es que el 30 % de los jóvenes señala haber sufrido algún tipo de trastorno mental, sobre todo ellas, que les superan en diez puntos (33 % frente a 23 %).

De ellos, los más mencionados por los 1.200 jóvenes encuestados son el cansancio y la falta de energía (29 %); problemas de sueño (26 %), los desórdenes alimenticios (23%) o el sentimiento de fracaso (19,3%).

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