Las denuncias por violencia de género han caído en un 9,2 por ciento desde 2008 según ha afirmado la presidenta del Observatorio contra la Violencia Doméstica y de Género del CGPJ, Inmaculada Montalbán.
Montalbán asegura que se mantiene una "bolsa oculta de maltrato" a causa de la crisis económica, entre otros factores.
CRISIS Y DEPENDENCIA ECONÓMICA
La presidenta del observatorio ha explicado que "la crisis es un factor más en la bajada de denuncias", ya que "la dependencia económica sigue siendo un obstáculo para que muchas mujeres acudan a denunciar". Asimismo, asegura que, a raíz de la crisis, la mujer tiene la percepción de que contará con menos recursos económicos y muestra "miedo" a no poder alimentar o pagar el colegio de los hijos.
DESMONTANDO MITOS
Montalbán hecho balance de las actividades del organismo durante este periodo y asegura que su trabajo ha servido para "desmontar varios mitos". En concreto, ha afirmado que "los informes de los expertos han acabado con el mito de las denuncias falsas" y que se ha demostrado que el sistema judicial es "eficaz" y "rápido".
De la misma forma, asevera que "se ha desmontado la falsa creencia de que las drogas, el alcohol y la locura están detrás de la mayoría de las muertes de mujeres a manos de sus parejas o exparejas". "El asesinato tiene otra causa: que el agresor perdía el control y el dominio sobre la mujer", manifiestan dede el Observatorio contra la Violencia Doméstica.
EL PSOE, ALARMADO
La secretaria de Igualdad del PSOE, Purificación Causapié, ha considerado "alarmante" la caída de un 9,6 por ciento de las denuncias por violencia machista en los últimos cinco años y ha exigido al Gobierno que no elimine recursos para combatir esta lacra.
La dirigente socialista ha reaccionado así en un comunicado a los datos presentados hoy por la presidenta del Observatorio contra la Violencia Doméstica y de Género, Inmaculada Montalbán, quien ha atribuido la disminución de las denuncias a la crisis económica.
Causapié ha insistido en que esta realidad "debe alarmarnos" porque es consecuencia de que las mujeres maltratadas tienen mayores dificultades económicas y "sufren una política de recortes" que hace que tengan más miedo y mayores complicaciones a la hora de denunciar a su agresor.