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La caza con arco durante el Neolítico podría haber sido uno de los pilares de la unidad como grupo de sociedades humanas primitivas. Esta es una de las principales conclusiones alcanzadas por un equipo de arqueólogos españoles con participación del Consejo Superior de Investigaciones Científicas (CSIC), que ha analizado los arcos neolíticos encontrados en el yacimiento de La Draga (Girona).

"Comparando los escasos restos animales silvestres y el abundante material de caza encontrados en el yacimiento, se llega a la conclusión de que la alimentación no era el principal objetivo de la elaboración de objetos de caza. La arquería neolítica podría haber tenido una importante función social y de colectividad, además de aportar prestigio social a la actividad física y a los individuos involucrados en ella", ha explicado el investigador del CSIC Xavier Terradas.

Según el estudio, publicado en Journal of Archaeological Science, en algunos casos el prestigio estaba ligado al tipo de animal cazado, y en otras ocasiones se relacionaba más con la distribución que se realizaba de la presa que con el propio abatimiento del animal.

"Las presas de mayor tamaño, como recurso colectivo, podrían haber jugado un rol importante, incluso en casos en los que constituyeran un recurso puntual o esporádico", ha añadido otra de las investigadoras del trabajo, Raquel Pique.

LOS ARCOS NEOLITICOS MAS ANTIGUOS DE EUROPA

Entre el material incluido en el estudio se encuentran tres arcos de madera de tejo descubiertos en La Draga en 2012. El análisis de las piezas confirma una antig~edad estimada de entre 7.400 y 7.200 años, las más antiguas de su género halladas en Europa hasta el momento.

El único de los tres arcos conservado íntegramente mide 1,08 metros de longitud, 25 milímetros de anchura máxima y 15 milímetros de espesor. Estas dimensiones son inferiores a la media del resto de arcos neolíticos encontrados en otros puntos de Europa. Sin embargo, las dimensiones de las partes conservadas de los otros dos arcos de La Draga hacen suponer a los investigadores que tendrían un tamaño mayor, similar a los europeos.

"Los arcos recuperados en La Draga, además de constituir un documento material único de la arquería y de la tecnología cinegética del Neolítico inicial, constituyen una evidencia arqueológica única para evaluar el rol social de la caza en las primeras sociedades campesinas, así como para abordar aspectos cruciales como la especialización económica, la división del trabajo y la naturaleza del acceso a los recursos", ha concluido Terradas.