Qué tiempos aquellos en los que llegaba el mes de agosto y las familias se acomodaba como podían en el mítico 600 para irse de vacaciones.
Seguro que para no marearse alguno tiraba ya entonces de otro clásico, la biodramina, cuyo origen es más antiguo que el de este coche.
Al parecer, tuvo su origen en el desembarco de Normandía, ocurrido el 6 de junio de 1944.
Para evitar que los soldados que iban a combatir se mareasen se les facilitaba el principio activo de este fármaco.
Su gran auge en España fue parejo al del turismo de carretera en los años 60. Pero entonces nuestras vías eran un desastre y el viaje al turismo de interior era un calvario.
Sus ventas se estancaron con la mejora de las carreteras pero la pastilla contra el mareo vivió un nuevo auge con el aumento de los viajes en barco y en avión.
El mismo año del lanzamiento de la Biodramina se creó también el personaje de don Bio, que protagonizó las primeras campañas del medicamento y que explicaba a los consumidores en qué situaciones podía aparecer el mareo, lo que ayudó a popularizar el fármaco.