La autopsia practicada a los restos de la peregrina estadounidense Denise Pikka Thiem, de 41 años, ha determinado que murió de una brutal paliza al presentar numerosas fracturas en distintas partes de su cuerpo, la más grave la rotura de la base del cráneo, si bien no fue agredida sexualmente.
Según han confirmado fuentes de la investigación, el cadáver también tenía rotas las mandíbulas, además de varios dientes, diversas costillas y el cartílago de la laringe, por lo que la causa más probable de la muerte pudo ser los numerosos golpes que recibió.
Los investigadores consideran que la mujer fue agredida por la espalda lo que puede ser determinante a la hora de calificar su muerte como un asesinato y no un homicidio, ya que no tuvo opción de defenderse.
El cadáver presentaba además la amputación de las dos manos que el sospechoso de su muerte confesó haberle cortado y enterrado a unos cuatrocientos metros de donde fue hallado el cuerpo, aunque todavía no han sido encontradas.
Por la muerte de esta mujer fue detenido y enviado a prisión Miguel Ángel M.B., de 39 años, que ha confesado ser el autor del crimen, aunque en su declaración afirmó que la muerte se produjo al golpearse la cabeza contra una piedra después de que la agrediese con un palo.
Denise Pikka Thiem había desaparecido el pasado 5 de abril, cuando se perdió su pista mientras realizaba sola el Camino de Santiago a su paso por la provincia de León.
Ese día, Domingo de Resurrección, envió un correo electrónico a una amiga en el que saludaba "desde Astorga" y anunciaba su intención de seguir su ruta hacia la localidad de El Ganso, puntos ambos de la ruta jacobea en la provincia leonesa.
Fue la última noticia que se tuvo de ella y desde entonces se desconocía su paradero sin que se registrara actividad alguna en sus cuentas bancarias y en las redes sociales, en las que se mostraba muy activa, por lo que la Policía sospechaba que podía haber sufrido algún tipo de agresión.
No obstante, en principio los investigadores consideraron un accidente como la hipótesis más probable de la desaparición de la peregrina, aunque esta vía perdió fuerza con el paso del tiempo, dado que la zona en la que se perdió su pista es muy llana y no presentaba excesivas dificultades para su tránsito.
Fue entonces cuando apareció en escena el vecino de la zona que fue finalmente detenido, ya que cambió en un banco de la comarca una cantidad ligeramente superior a los mil dólares cuando era público que carecía de recursos y que habitualmente recurría a los servicios municipales para subsistir.
Desde entonces estaba bajo vigilancia y el pasado 12 de septiembre fue detenido por orden del Juzgado de Instrucción número 2 de León.
La detención se produjo en un bar de la localidad asturiana de Grandas de Salime, en el suroccidente del Principado, a donde había huido alertado tras la reactivación de la búsqueda de la peregrina por más de trescientas personas de distintos cuerpos de seguridad y del ejército.
Tras ser trasladado a Asturias en un helicóptero, condujo a los investigadores al lugar donde había escondido el cadáver, en una finca de su propiedad situada entre las localidades leonesas de Santa Catalina de Somoza y San Martín de Agostedo.
La desaparición de esta mujer provocó una gran alarma social y durante cinco meses se desplegó una gran dispositivo de búsqueda que peinó palmo a palmo un gran tramo del Camino de Santiago a su paso por León.