El autismo se tiene, se presenta o se manifiesta, pero no se sufre ni tampoco se padece porque se trata de un trastorno y no de una enfermedad o dolencia.
Así lo aconseja el manual de estilo para medios de comunicación presentado hoy por la Confederación Autismo España para colaborar con los periodistas a evitar términos inexactos, connotaciones negativas o prejuicios sobre las personas con Trastorno del Espectro Autista (TEA).
SOBRE LOS ESTEREOTIPOS DEL AUTISMO
El Secretario de Estado de Comunicación, Miguel Ángel Oliver, ha "apadrinado" la presentación del manual en un acto en el que ha reconocido que muchos estereotipos o bulos que circulan en torno al TEA nacen de los medios de comunicación.
Los medios son a juicio de Oliver "alimentadores de la conversación social" y ayudan a la ciudadanía a entender la realidad, "pero en ocasiones la deformamos" y la información que se transmite "es, a veces, claramente mejorable".
EL TEA Y LOS MEDIOS DE COMUNICACIÓN
El manual para abordar el TEA desde los medios de comunicación, explica en primer lugar que es el autismo y cuáles son sus capacidades y sus principales características, que se manifiestan fundamentalmente en la comunicación e interacción social y en la flexibilidad del comportamiento y del pensamiento.
Desmonta también falsos mitos como que el autismo solo se presenta en la infancia, cuando el TEA acompaña a la persona a lo largo de toda su vida; o que no se comunican, cuando lo cierto es que sienten y se comunican aunque no todos lo hagan verbalmente.
La variabilidad del TEA, se manifiesta de manera diferente en cada persona así como su invisibilidad y no lleva asociado ningún rasgo físico diferenciador, han contribuido también a favorecer este desconocimiento.
Desde la confederación han abogado por que no existan titulares como los siguientes, que son reales: "La coliflor, el brócoli y la col, claves para tratar el autismo", "Test de sangre y orina para detectar el TEA, o "Un autista en la Moncloa".
Son, han dicho, ejemplos de mala praxis porque no son ciertos o en el caso del último ejemplo no ayudan porque usan el término de forma peyorativa.
Se estima que en España hay más de 450.000 personas con TEA, aproximadamente se da un caso por cada 100 nacimientos.