Los astronautas Scott Kelly (NASA) y Mijail Kornienko (Roscosmos) ha regresado este miércoles a la Tierra tras cumplir con su misión 'Un año en el espacio', con 340 días a bordo de la Estación Especial Internacional (ISS), el doble de la estancia habitual.
Una cápsula 'Soyuz' en la que viajaban Kelly, Kornienko y el cosmonauta ruso Sergei Volkov, ha aterrizajo en una estepa de Kazajistán a las 10.26 horas (las 5.26 horas en la España peninsular), según ha informado la NASA.
Ambos astronautas comenzaron su viaje a finales de marzo de 2015 a bordo de un cohete Soyuz, que despegó del centro de lanzamiento de Kazajistán con destino a la ISS. Daban así el primer paso de cara a futuros vuelos tripulados de largo recorrido, como por ejemplo, a Marte.
De hecho, el fin principal de esta misión ha sido estudiar los cambios en el hombre durante una estancia larga en el espacio. En los 340 días que han permanecido los tripulantes en órbita han sido sometidos a continuos exámenes médicos, unos datos que se continuarán estudiando tras su regreso.
Al inicio de la misión, la NASA se mostraba "ansiosa" por aprender lo que ocurría con Kelly y Kornienko una vez superada la estancia habitual de seis meses en la estación espacial.
El trabajo se centró en los huesos y los músculos, que se debilitan en condiciones de ingravidez, al igual que el sistema inmunológico, según explica la agencia espacial estadounidense en la web de la misión.
Del mismo modo, han sido objeto de estudio los fluidos corporales, que se desplazan hacia la cabeza cuando la gravedad está ausente, y ejercen presión sobre el cerebro y los ojos, afectando la visión de algunos astronautas en el espacio.
Se trata de la primera vez que la NASA se adentra en una misión de estas características. Los rusos, sin embargo, ostentan actualmente el récord de un cosmonauta en órbita. Fue en la MIR entre 1994 y 1995 y estuvo 14 meses.
Sin embargo, la misión 'Un año en el espacio' tenía para los americanos el aliciente de que el hermano gemelo de Kelly, Mark --también astronauta-- participaría en el mismo proyecto pero desde la Tierra.
Es decir, los gemelos se prestaron a los mismos exámenes médicos, cada uno en su hábitat, lo que permitiría conocer mucho mejor los cambios registrados por el cuerpo en el espacio en relación al mismo periodo vivido en el planeta.