No hay Óscar sin alfombra roja, ni alfombra roja sin magia, escenario en el que las estrellas del cine esgrimen sus mejores armas estilísticas y que hoy condujo al olimpo de la elegancia a Emma Stone con un modelo dorado que quedó grabado en la retina de los espectadores. Los nominados e invitados de la 89 edición de los Óscar fueron conscientes de que esta prestigiosa alfombra exige poderío y brillo, que no es apta para ropa descafeinada o aburrida, y así con la lección bien aprendida llegó al Teatro Dolby, de Hollywood Emma Stone, vestida con un Givenchy dorado, el color de la noche.