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La Audiencia Provincial de León acoge desde mañana la vista oral en la que serán juzgadas las tres mujeres acusadas del asesinato en mayo de 2014 de la presidenta de la Diputación de León, Isabel Carrasco, para cada una de las cuales la Fiscalía solicita una pena de 23 años de prisión.

En el banquillo de los acusados se sentarán Montserrat González, de 60 años, autora confesa de los disparos que acabaron con la vida de Isabel Carrasco; su hija, Triana Martínez, de 36, y la agente de la Policía Local de León Raquel Gago, de 42.

Isabel Carrasco, que también era la presidenta del PP en León, murió a las 17.15 horas del 12 de mayo de 2014 tras recibir tres disparos cuando atravesaba una pasarela peatonal sobre el río Bernesga para dirigirse a la sede del PP en el Paseo de Salamanca.

La Policía detuvo veinte minutos después a Montserrat González y a su hija Triana Martínez como supuestas autoras de su muerte gracias a la colaboración de un agente de policía jubilado que presenció la agresión y siguió a la primera.

Cuarenta y ocho horas después Raquel Gago entregó en la Comisaría de León el arma homicida y explicó que la había encontrado en su coche sin saber cómo había llegado hasta allí.

Inicialmente quedó en libertad, pero el 16 de mayo la titular del juzgado número 4 de León, Sonia González, que ha instruido las diligencias del caso, decretó su ingreso en prisión tras tomarle declaración.

La jueza instructora consideró que existían suficientes pruebas incriminatorias que probaban su participación en la muerte de Isabel Carrasco, que tenía 59 años cuando falleció. Montserrat González confesó ante la Policía ser la autora de los disparos, y explicó que había actuado movida por el odio ya que responsabilizaba a Isabel Carrasco del despido de su hija de la Diputación de León y de cercenar su carrera política en el PP.

En su escrito de conclusiones provisionales, la Fiscalía solicita para cada una de las tres acusadas penas que suman veintitrés años: veinte por un delito de asesinato en concurso ideal con otro de atentado a la autoridad, y tres más por tenencia ilícita de armas. Además, reclama que las acusadas indemnicen, conjunta y solidariamente y por iguales cuotas, con 75.000 euros, a Loreto Rodríguez Carrasco y a Jesús Luis López-Brea, hija y pareja, respectivamente, de la víctima.

La Fiscalía presentará los hechos como "un asesinato que a punto estuvo de convertirse en un crimen perfecto", ya que sostiene que sin la actuación heroica del policía jubilado que presenció la agresión y propició la detención de las acusadas hubiera sido prácticamente imposible vincularlas con el crimen, máxime cuando Montserrat y Triana eran esposa e hija del comisario de la Policía Nacional de Astorga (León).

Como ejemplo del "elevado grado la planificación del crimen", la Fiscalía destaca la utilización de un revólver en lugar de una pistola, ya que no arroja casquillos, y que el arma tuviera el número de serie borrado para entorpecer la investigación.

Igualmente, la Fiscalía llama la atención sobre los seguimientos que las acusadas hicieron a la víctima durante mucho tiempo antes de que se cometiera el crimen y el hecho de que Montserrat González actuase con la cara cubierta por un pañuelo y gafas de sol para evitar su identificación.

Para el fiscal del caso, Emilio Fernández, el móvil está claro en el caso de Montserrat y Triana, y fue su animadversión hacia Carrasco, a la que acusaban de perjudicarlas en el ámbito laboral y político. En el caso de la agente de la Policía Local de León Raquel Gago, la Fiscalía sostiene que colaboró en el crimen por su amistad hacia Triana, con la que hablaba casi todos los días y sabía por ella la enemistad que sentía hacia Isabel Carrasco.

La Fiscalía tratará de demostrar durante el juicio la culpabilidad de Raquel Gago, en libertad provisional bajo fianza desde hace un año, y solicita para ella las mismas penas que para las otras dos acusadas.

El fiscal del caso, Emilio Fernández, recalca que no le cabe duda alguna sobre la culpabilidad de Raquel Gago en función de las pruebas que pesan contra ella, como que tomara café con Montserrat y Triana media hora antes de cometerse el crimen o que recibiera una llamada telefónica de la segunda instantes después de que Isabel Carrasco fuera tiroteada.

Considera que no es creíble que, tras esa llamada de 17 segundos, se encontrara casualmente con su amiga Triana Martínez en una calle del centro de León diez minutos después del crimen y que ésta introdujera el arma homicida en su coche sin que ella se apercibiera.

El juicio, que ha levantado una enorme expectación en León con casi un centenar los medios de comunicación acreditados, comienza mañana con la selección y conformación del jurado popular que deberá emitir el veredicto. Montserrat González abrirá el martes el turno de declaraciones y está previsto que las otras dos acusadas lo hagan al día siguiente.

El 21 de enero abrirá el turno de declaraciones de los testigos el policía jubilado que fue clave en el esclarecimiento del caso al seguir a Montserrat González, tras ver como abatía a tiros a Isabel Carrasco y facilitar su detención apenas veinte minutos después de cometerse el crimen.