Las dos acusaciones particulares del "caso Kárate" han enumerado hoy ante la Audiencia de las Palmas la larga lista de abusos sexuales que sus clientes dicen haber sufrido a manos del procesado Fernando Torres Baena, en vista de la decisión de este de no contestar a sus preguntas.
La Audiencia de Las Palmas ha retomado esta mañana el juicio de uno de los mayores procesos por pederastia instruido hasta la fecha en España, con la continuación del interrogatorio del principal procesado, un excampeón nacional de kárate que se expone a una posible condena de 302 años de cárcel por medio centenar de cargos de corrupción de menores y abusos sexuales.
Torres Baena, que regentaba una prestigiosa academia de artes marciales en Gran Canaria, contestó el pasado martes a las preguntas planteadas por el Ministerios Fiscal, para negar que él mantuviera relaciones sexuales con sus alumnos, muchos de ellos menores de edad, e insistir en su queja de que es víctima de un montaje.
Sin embargo, hoy se ha negado a responder a los letrados José María Palomino y Pedro Padilla, que representan a los denunciantes personados en la causa, una postura a la que estos han replicado leyendo al tribunal las preguntas que querían hacerle, para que quede constancia de ellas en el acta de la vista oral.
Los letrados han dirigido gran parte de sus preguntas a las presuntas orgías que se organizaban en el chalet del acusado en la playa de Vargas, en el sur de Gran Canaria, donde pernoctaron muchos de sus alumnos y donde algunos de ellos residieron durante meses.
Con esas preguntas sin contestación por parte de Torres Baena, los letrados de las acusaciones particulares querían saber si es cierto que proyectaba a sus alumnos películas pornográficas y de zoofilia, si es verdad que masturbaba a su perro en su presencia o si practicó con ellos diversas modalidades de sexo oral y anal.
También han querido dejar constancia a través de ese interrogatorio de que hay 23 denunciantes que dicen haber tenido relaciones anales con Torres Baena y que muchos de ellos relatan que les aconsejaba ejercitar los músculos del ano.
Asimismo, querían saber si es cierto o no que abusó sexualmente de una niña de diez años aprovechándose de su fragilidad porque su madre acababa de morir, y si es verdad que tuvo relaciones sexuales con 14 alumnas que hasta ese momento eran vírgenes.
También pretendían interrogarle sobre una serie de libros sobre sectas hallados en el registro de sus propiedades, para conocer si él empleo o no técnicas de control sectario sobre los chicos que aprendían artes marciales en su academia.