El acoso escolar un 'monstruo' que se nutre del silencio de los cómplices

  • Lanzan una guía para luchar contra el acoso y el ciberbullying
  • Una campaña de Mutua Madrileña y ANAR anima a denunciar

'No alimentes al monstruo' es el lema de la campaña que han lanzado este miércoles, 8 de noviembre, las fundaciones Mutua Madrileña y ANAR con el fin de erradicar el ciberbullying, una iniciativa que asemeja el acoso escolar a un monstruo con un hambre insaciable de risas, silencios y comentarios de las personas que lo presencian, pero con un mensaje de esperanza ya que pretende concienciar a los adolescentes de que está de su mano parar el acoso a otros compañeros. Como señalan ambas entidades, los jóvenes más vulnerables de sufrir estas agresiones son, fundamentalmente, aquellos que tienen entre 10 y 14 años. "Como en la primera campaña, volvemos a recalcar el decisivo papel de los testigos que con sus risas, comentarios o silencios alientan al maltratador", ha señalado el director general de la Fundación Mutua Madrileña, Lorenzo Cooklin.

Además, Fundación Mutua Madrileña y Fundación ANAR también han elaborado un manual con las preguntas y respuestas más comunes para detectar el acoso escolar y el ciberbulllying, un documento que está disponible en la página web de la campaña #NoBullying que comparten ambas entidades ('www.acabemosconelbullying.com').

La guía se ha elaborado con los consejos y consideraciones de varias personalidades del mundo de la educación, la psicología, el derecho y las Fuerzas y Cuerpos de Seguridad del Estado que participaron en las conferencias sobre acoso escolar celebradas en la sede de Mutua Madrileña hace unos meses.

Según datos del II Estudio sobre acoso escolar y ciberbullying llevado a cabo por las fundaciones ANAR y Mutua Madrileña, la detección precoz del acoso escolar por parte de los padres es fundamental para evitar los 13 meses de sufrimiento que, como media, tardan las víctimas en pedir ayuda.

Síntomas como el aislamiento, las excusas para no ir al colegio, cambios en el carácter, pérdida o rotura del material escolar, rechazo al uso del móvil o incluso manifestación de enfermedades psicosomáticas (como dolores de cabeza o tripa), son algunos de los síntomas detectados por los autores del documento.

Además, aunque los estudios realizados por ambas fundaciones demuestran que los menores que sufren acoso escolar o 'ciberbullying' terminan por confiar el problema a sus padres, también evidencian que tardan, sin embargo, más de un año en hacerlo por vergüenza, por no querer preocuparles o simplemente porque creen que pueden controlar la situación.

Cuando confiesan su acoso, el problema suele haberse agravado y el menor puede sufrir daños psicológicos por lo que el psicólogo y director de Programas de la Fundación ANAR, Benjamín Ballesteros, enumera "tres cosas" que los padres no deben hacer cuando su hijo cuenta que sufre acoso escolar: sobrerreaccionar, sobreprotegerles y no implicarle en la búsqueda de soluciones.

Lo más recomendable es que los padres pongan el caso en conocimiento del centro, fundamentalmente del tutor y del equipo directivo y los expertos advierten de que nunca hay que intentar resolverlo por cuenta propia, llamando a otros padres o compartiéndolo a través de un grupo de WhatsApp. Precisamente, Fundación ANAR dispone de una línea telefónica para adultos para asesorar a los padres que no saben cómo actuar ante un problema de acoso de sus hijos.

PERFIL DE LOS ACOSADOS

Los estudios realizados por las fundaciones Mutua Madrileña y ANAR concluyeron que la proporción de niños y niñas que dice sentirse acosado es casi idéntica, aunque las cifras difieren en el caso del 'ciberbullying', en el que siete de cada 10 víctimas de acoso son chicas. La edad más habitual para sufrir acoso es entre los 12 y los 13 años, reduciéndose el número de casos después de esta edad.

Entre los motivos que desencadenan el acoso, los menores citan la marginación por ser diferentes, discapacidades, defectos físicos, ser poco abiertos o habilidosos en las relaciones sociales y no seguir las mismas tendencias o gustos de la mayoría. En algunas ocasiones los niños acosados destacan por inteligencia, características de su personalidad e incluso atractivo físico.