Walmart, la mayor cadena de distribución minorista del mundo, pagará 110 millones de dólares tras declararse culpable de varios cargos penales por eliminación incorrecta de fertilizantes, pesticidas y otros productos peligrosos en los estados de California y Misuri.
Como resultado de las tres causas penales presentadas por el Departamento de Justicia, así como una demanda civil relacionada presentada por la Agencia de Protección Ambiental de EE.UU. (EPA), Walmart pagará aproximadamente 81,6 millones dólares por su conducta ilícita, informó la EPA en un comunicado.
Además, el gigante distribuidor también tendrá que hacer frente a las acciones previas presentadas por los estados de California y Misuri por la misma conducta, por lo que pagará un total de 110 millones de dólares por las violaciones ambientales a escala federal y estatal.
CARECÍA DE PROGRAMA DE ENTRENAMIENTO
Según los documentos presentados ante un Tribunal Federal del Distrito de San Francisco, desde una fecha desconocida hasta enero de 2006 Walmart carecía de programa de entrenamiento para sus empleados en el manejo adecuado y prácticas de eliminación de residuos peligrosos.
"Por mal manejo de residuos peligrosos, pesticidas y otros materiales en violación de las leyes federales, Walmart puso al público y al medio ambiente en peligro y se aprovechó económicamente de un modo desleal frente a otras empresas", dijo Ignacia S. Moreno, fiscal general adjunto para Medio Ambiente del Departamento de Justicia y la Dirección de Recursos Naturales.
"Hoy, Wal-Mart reconoció su responsabilidad por violaciones de las leyes federales y pagará multas y sanciones significativas, lo que, en parte, financiará importantes proyectos ambientales en las comunidades afectadas por las violaciones y ayudará a prevenir daño al medio ambiente en el futuro", añadió.
El Fiscal de EE.UU. para el Distrito Central de California, André Birotte, aseguró que los minoristas como Walmart que generen residuos peligrosos "tienen la obligación de depositar de manera segura y legal sus residuos" y añadió que "los vertidos por el fregadero no son ni lo uno ni lo otro", en alusión a sus prácticas.
La investigación a nivel estatal comenzó hace ocho años, cuando un empleado del Departamento de Salud del condado de San Diego vio a un trabajador verter lejía en un desagüe.