Holanda es el destino laboral de muchos jóvenes españoles. En apenas diez años se ha duplicado el número de inmigrantes procedentes de España. A priori, cualquier oferta de trabajo procedente de los Países Bajo parece imposible de rechazar, pero la realidad es algo distinta. La disponibilidad absoluta para cubrir turnos, los bajos salarios y los contratos de exclusividad son algunas de las contraprestaciones por tener un trabajo ahí.