La nave tripulada rusa Soyuz TMA-17M se acopló con éxito a la Estación Espacial Internacional (EEI), pese a que durante el vuelo no se desplegó uno de sus dos paneles solares, informó el Centro de Control de Vuelos Espacial de Rusia.
El acoplamiento se produjo a las 05.46 hora de Moscú (02.46 GMT) en modo automático. A bordo de la Soyuz arribaron a la EEI el ruso Oleg Kononenko, el estadounidense Kjell Lindgren y el japonés Kimiya Yui.
El vuelo de la nave rusa hacia la EEI tuvo una duración de poco menos de seis horas, ya que se utilizó la llamada trayectoria rápida, que permite a la Soyuz llegar a la estación después de dar sólo cuatro vueltas a la Tierra.
Las escotillas serán abiertas después de que se verifique el hermetismo del acoplamiento y se iguale la presión de la Soyuz a la de la EEI, proceso que habitualmente lleva un par de horas.
Los recién llegados se sumarán a los actuales tres tripulantes de estación: los rusos Mijaíl Kornienko y Gennadi Padalka, y el astronauta de la NASA, Scott Kelly.
Un portavoz de Roscosmos citado por la agencia oficial RIA Nóvosti indicó que durante el vuelo no se desplegó el panel solar izquierdo de la nave, pero aclaró que el despliegue de sólo uno de los dos paneles garantiza la energía necesaria para el funcionamiento de la Soyuz.
Una situación similar se produjo en septiembre de 2014 ¡ con la Soyuz TMA-14M, que también se acopló sin problemas la EEI. La llegada de la Soyuz TMA-17M se produce con dos meses de retraso debido problemas que ha sufrido en últimamente el programa espacial ruso, en particular la pérdida en abril pasado de una carguero Progress con suministros para la plataforma orbital.
La Estación Espacial Internacional, un proyecto de más de 100.000 millones de dólares en el que participan 16 naciones, orbita un velocidad de más de 27.000 kilómetros por hora a una distancia de 400 kilómetros de la Tierra.