'El Solitario': "No sé por qué se me identifica con ese personaje utópico o ficticio"

  • El Solitario finge un mareo para suspender un juicio por un atraco en Madrid

Jaime Gimenez Arbe, conocido como 'El Solitario', ha negado este martes ser el autor material de un atraco en Alcobendas y ha manifestado que los testigos del proceso judicial no le han identificado a él sino que se lo asocian a un personaje "utópico o ficticio", en referencia a que los comparecientes han aludido a que el atracador era una persona disfrazada que reconocieron por imágenes en los medios de comunicación.

Así lo ha manifestado durante el último turno de palabra del juicio celebrado en el Juzgado de lo Penal número 17 de Madrid en el que se le acusa como presunto autor de un atraco a una sucursal bancaria en la Moraleja el 10 de mayo de 2006.

Al inicio del proceso y poco después de entrar en la sala, Arbe se ha desplomado cuando era conducido al banquillo de los acusados, lo que le ha generado la reprimenda de la magistrada, que entendía que estaba simulando con el desmayo un deficiente estado de salud.

Previamente, los abogados de Arce habían reclamado la suspensión de la vista al entender que su defendido no estaba en condiciones de afrontar la vista por el deterioro físico generado por una huelga de hambre que mantiene desde el pasado lunes para protestar porque permanece en prisión en la cárcel Monsanto, en Portugal.

Tras este incidente ha tenido que ser incorporado al banquillo de los acusados por agentes de la guardia civil, que también le han ayudado a mantenerse sentado al inicio del juicio. Ello ha motivado que una médico forense le tomara el pulso para comprobar su estado de salud.

"YA QUE ME VAN A CONDENAR QUIERO AGUA"

La titular del juzgado no ha suspendido la vista al entender que el acusado se encontraba en perfecto estado de salud, con constantes vitales normales e hidratación óptima, al igual que indica el informe médico del centro penitenciario de Soto del Real. En consecuencia, la juez ha afeado al solitario su actitud al entender que estaba simulando un estado de indisposición para suspender el juicio.

Inicialmente 'El Solitario' se ha negado a responder a las preguntas del fiscal y los abogados al aludir que no tenía fuerzas para ello, aunque con el desarrollo de la vista se ha dirigido varias veces a la juez para decir que quería beber agua porque quería recuperarse para poder hablar en el turno de última palabra.

"Ya que me van a condenar. Quiero un poco de agua para hablar", ha espetado el solitario a la magistrada, quién a modo de replica le ha advertido de que no iba a permitir que se dirigiera al tribunal en esos términos.

Al darle el último turno de palabra para que se pronunciara sobre los hechos del juicio, Arbe y la juez han protagonizado momentos de tensión por la intervención del primero. Así, el conocido como 'El Solitario' ha rechazado la prueba balística y que ningún testigo le ha reconocido a él. "No sé por qué me identifica con ese personaje utópico", ha dicho en referencia a su apodo y al hecho de que varios testigos han manifestado que le reconocieron como 'El Solitario' por un reportaje de televisión en el que salían imágenes de un atracador.

La juez le ha llamado al orden varias veces durante su intervención, ante lo cual 'El Solitario' le ha espetado que se pretendía ponerle "una mordaza" como "en la época de Franco". También ha dicho que "ni al que asó la manteca se le ocurre ir" a una sucursal con gafas oscuras, ha dicho en referencia a las declaraciones de varios testigos.

En el juicio, que ha contado con 24 comparecencias, varios testigos presenciales del atraco han explicado que reconocieron al solitario porque iba disfrazado con una peluca, gafas oscuras, barba postiza, una muleta y con aspecto corpulento, similar a las imágenes sobre el solitario que habían visto en un reportaje de televisión. También han dicho que encañonó con una pistola a dos empleados de la sucursal y realizó un disparo a un mostrador.

Por su parte, uno de los policías encargados de la investigación ha indicado que tras su detención se comprobó que tenía en su poder el arma utilizada para el atraco. También se localizo en registros la misma matricula falsa empleada para su fuga y los elementos para disfrazarse, como el caso de la muleta.

En consecuencia y tras lo relatado en el juicio, el Ministerio Fiscal y las acusaciones particulares han solicitado una pena de 11 años de prisión por los presuntos delitos de robo con intimidación y uso de instrumento peligroso, tenencia ilícita de armas y falsedad documental en el atraco donde sustrajo 21.055 euros.

LA DEFENSA PIDE SU REPATRIACION

Por su parte, la defensa de Arbe ha rechazado los cargos al considerar que no ha quedado acreditado que los testigos identificaran a Arbe sino a "una persona disfrazada". "No se puede identificarle con 'El Solitario'", ha comentado Javier Alvarez Fernández, uno de sus abogados.

También ha rechazado la prueba balística al considerar no acreditado que los casquillos encontrados en la sucursal no pertenecen a las armas incautadas, para lo cual se ha referido a un informe de la Guardia Civil.

Fernández ha comentado que su patrocinado mantiene una huelga de hambre desde el pasado 1 de abril que va a continuar hasta que logre la repatriación a España para cumplir los tres años de condena que le restan en el país luso por un delito de tenencia ilícita de armas y delito continuado de falsificación documental (con una condena de 7,5 años).

Al respecto, su otro abogado Andrés Abadie ha indicado que solicitarán a la administración que realice la repatriación.

Abadie ha comentado que está ingresado en un penal de máxima seguridad en un régimen que no se aplica en España, dado que según su versión está 22 horas al día en su celda y se alimenta en ella. De momento, estará en la cárcel de Soto del Real hasta el 30 de abril hasta un próximo juicio en el mes de junio, por lo que pedirá que siga en España hasta entonces.

Según han explicado sus abogados, Arbe ha sido ya condenada por la Audiencia Provincial de Navarra a 47 años de prisión y a otros 13 por la Audiencia Provincial de Zamora, lo que se une a los otros 7,5 años impuestos en Portugal.