La NASA ha informado de que el Sol invertirá su campo magnético en los próximos meses pero el cambio no aumentará las tormentas solares u otros eventos que puedan ser perjudiciales para el planeta. "El mundo no se va a acabar mañana", ha asegurado el físico solar de la Universidad de Stanford, Phil Scherrer.
Esta inversión de la polaridad es un comportamiento solar perfectamente normal que ocurre cada 11 años, coincidiendo con el pico de actividad dentro del ciclo de la estrella, cuando magnetismo interno del Sol se reorganiza.
Para los científicos, este proceso puede ser un "buen indicador" de lo que será el próximo ciclo solar". "Si el Sol se va rápidamente a un valor alto, entonces el próximo ciclo será alto", ha explicado a 'Space.com' el investigador de la NASA Dean Pesnell.
En este sentido, ha indicado que el ciclo actual, el 24, ha sido "tranquilo", por lo que sería "especialmente interesante" ver como un fuerte campo emerge después de la inversión inminente.
"Hemos tenido varios mínimos solares y cada vez el campo polar ha sido más débil el siguiente ciclo ha sido un poco más débil. Ahora sería bueno ver uno donde la intensidad del campo polar fuera mayor y el siguiente un ciclo más alto", ha declarado.
Desde una perspectiva humana, los efectos del cambio de campo probablemente serán leves y principalmente beneficiosos. Por ejemplo, la inversión de la polaridad hará que la una enorme superficie del Ecuador del Sol donde giran lentamente los campos magnéticos del Sol e induce una corriente eléctrica, sea mucho más ondulada.
De este modo se creará una mejor barrera contra los rayos cósmicos y partículas de alta energía, que son aceleradas a casi la velocidad de la luz por explosiones de estrellas lejanas. Los rayos cósmicos galácticos pueden dañar satélites y herir astronautas en órbita, que no gozan de la protección de la espesa atmósfera de la Tierra.
Una caída en los niveles de rayos cósmicos galácticos, también podría tener un efecto sutil sobre el clima, según los investigadores.
En los próximos meses, los campos magnéticos polares del sol se debilitarán hasta llegar a cero para luego recuperarse con la polaridad opuesta. Los investigadores mantendrán un ojo en lo fuerte que será esta recuperación, que durará los próximos dos años.