Los Sindicatos de prisiones critican el tercer grado de Josep Lluís Núñez

  • Josep Lluís Núñez y su hijo obtienen el tercer grado y pasan la Nochebuena en casaos

El empresario y expresidente del Fútbol Club Barcelona José Luis Núñez y su hijo, José Luis Núñez y Navarro, han abandonado hacia las 13.00 horas de hoy la prisión Quatre Camins de Barcelona, donde cumplen condena por el "caso Hacienda", después de obtener el régimen de tercer grado.

El expresidente del Fútbol Club Barcelona y su hijo ingresaron en prisión el pasado 16 de noviembre para cumplir una condena de dos años y dos meses de cárcel por el "caso Hacienda" impuesta por el Tribunal Supremo, con lo que han pasado 40 días en prisión.

El "caso Hacienda" destapó los sobornos de Núñez a inspectores para que hicieran la vista gorda en sus inspecciones fiscales a las empresas de su grupo empresarial inmobiliario, Núñez y Navarro.

El tercer grado penitenciario les ha sido concedido por el servicio de clasificación de la subdirección general del Departamento de Justicia de la Generalitat a propuesta de la Junta de Tratamiento de Quatre Camins.

Esta clasificación penitenciaria permite a los reclusos poder salir de prisión durante las Navidades, (del 24 al 29 de diciembre) como es el caso, y fines de semana y dormir sólo en la cárcel los días lectivos. Normalmente, los reclusos con el tercer grado acaban de cumplir sus condenas en centros abiertos.

Para la concesión de este tercer grado, la Junta de Tratamiento ha valorado el hecho de que los dos Núñez han pagado la multa que se les impuso y que no han reincidido, además del hecho de que los sucesos investigados se produjeron hace 25 años.

Núñez y su hijo han salido de la cárcel de Quatre Camins en un coche conducido por el hijo menor del expresidente del Barça, Josep María, que fue el encargado también de acompañarlos el día que ingresaron en prisión.

Padre e hijo han compartido celda en el Departamento de Medidas de Seguridad de Quatre Camins, un módulo aislado del resto del centro penitenciario en principio reservado para jueces y miembros de los cuerpos y fuerzas de seguridad condenados.

HA SIDO DIFÍCIL RAZONAR EL TERCER GRADO DE NÚÑEZ AL RESTO DE PRESOS

La central Sindical Independiente de Funcionarios de Prisiones ha lamentado este miércoles la facilidad con la que constructor y expresidente del FC Barcelona Josep Lluís Núñez Clemente y su hijo han conseguido el régimen de tercer grado para pasar las fiestas en su casa, y la han contrastado con la dificultad que han tenido los funcionarios de prisiones para razonar "la concesión exprés" de esta decisión tomada por la Dirección General de Servicios Penitenciarios.

En un comunicado que lleva por título 'Prisión a la Carta', recuerdan que padre e hijo no podrán disfrutar del menú especial de Nochebuena de la cárcel como tampoco lo harán el resto de presos, ya que los recortes han sustituido la cena navideña por pizza.De acuerdo a las condiciones de esta calificación, ambos podrán dormir en su casa los fines de semana y festivos de Navidad, pero deberán hacerlo en prisión los días lectivos.

El sindicato recuerda sólo han pasado cinco semanas en la cárcel de Cuatro Caminos, "que pasaron separados del resto de presidiarios ubicados en la Departamento de Medidas de Seguridad", un módulo pensado para personas que necesitan especial protección por su cargo como magistrados o miembros de los cuerpos de seguridad. "Incluso se ha permitido que entrara un coche privado en el perímetro de seguridad y fuera a recogerlo a la misma puerta de la prisión", hecho que, han recordado, vulnera los protocolos de seguridad.

El constructor ingresó en prisión el 16 de noviembre tras ser condenado a dos años y dos meses por el caso Hacienda, una trama de sobornos a altos cargos de la Agencia Tributaria para eludir impuestos.

DIFERENCIAS ENTRE REOS

Los funcionarios han explicado cuánto les ha constado hacer entender este tercer grado a presos "cuyo comportamiento es impecable y que tienen un buen pronóstico de reinserción" y que, en cambio, llevan al menos un tercio de su condena cumplida esperando que el departamento les conceda el régimen de semilibertad. "Los trabajadores sólo podemos poner cara de circunstancias ante este trato discriminatorio", han criticado.

Además, han recordado al departamento que les hubiera gustado la misma diligencia en reponerles los uniformes, renovación que llevan esperando seis años.