Un equipo multidisciplinar del hospital Vall d'Hebron de Barcelona ha practicado una operación pionera en España que ha permitido preservar la movilidad de un paciente con un tumor maligno, al que le extirparon un músculo del glúteo, necesario para caminar, y lo sustituyeron por uno de la espalda.
La operación, que se practicó el 5 de agosto del pasado año durante ocho horas, tiene un solo antecedente en el mundo y ha facilitado que el paciente, que ya está libre de cáncer, pudiese caminar tras tres meses de rehabilitación y que, un año después, ya pueda incluso correr, sin sufrir ningún efecto secundario importante por la extirpación del músculo de la espalda.
El paciente fue diagnosticado de un sarcoma sinovial, un tumor maligno de las partes blandas muy agresivo, en el glúteo medio, por lo que era necesario extirpar todo el músculo, pieza clave para realizar el movimiento de la pierna para caminar, ya que mantiene la pelvis estable y paralela al suelo, lo que, en la práctica, le obligaría a andar con muletas.
Un equipo multidisciplinar del hospital de la Vall d'Hebron le planteó al hombre que, tras la quimioterapia y la radioterapia, se sometiera a una operación pionera en España, para extraerle un músculo dorsal e implantarlo en la zona del glúteo para que hiciera la misma función que el afectado por el tumor maligno, manteniendo los vasos sanguíneos y el nervio para que se adaptara.
"Lo importante es el cáncer, lo otro es secundario, pero volver a caminar ayuda mentalmente a plantar cara a la enfermedad", ha comentado ante los periodistas el paciente, un hombre joven y deportista que un año después de la operación no tiene rastros de cáncer y ya puede incluso empezar a correr: "La enfermedad ya no está y vuelvo a hacer vida normal".
SATISFECHO Y AGRADECIDO
El paciente reconoce que se sintió un poco como un "conejillo de indias" cuando los médicos le plantearon una operación pionera, con ciertos riesgos y compleja, pero un año después se muestra "satisfecho y muy agradecido" porque para él ha sido un "privilegio" ser tratado por unos profesionales de la salud que le han ofrecido este tipo de cirugía para poder mantener la misma vida que tenía antes del diagnóstico.
El cirujano responsable de la intervención, el doctor Roberto Vélez, ha explicado que su objetivo con esta compleja intervención era, además de extirparle el tumor, que el paciente tuviera la "mejor recuperación funcional" y no sufriera las "secuelas importantes para caminar" que supone la extirpación del glúteo medio.
Hasta ahora, según Vélez, una de las vías utilizadas en este tipo de tumores consistía en sustituir el músculo extirpado por otros de la zona, que no obstante no tenían la fuerza necesaria para mantener la pelvis estable, por lo que el paciente no podía caminar con normalidad.
Por este motivo, en este caso optaron por reemplazar el músculo del glúteo por el dorsal ancho, que cuenta con una estructura suficiente para realizar la misma función que el glúteo y que, una vez extirpado, no le ha comportado secuelas importantes, ya que puede mover el brazo, aunque, como él mismo reconoce, no puede hacer cosas que tampoco hacía antes, como trepar por cuerdas o sostener pesos.
La operación duró ocho horas y contó con la participación de nueve personas, seis cirujanos -expertos en cirugía plástica, traumatología y microcirugía- un anestesiólogo y dos enfermeras, para extraer el músculo afectado por el tumor, manteniendo los vasos sanguíneos y el nervio para poder implantar el nuevo tejido.
Según Vélez, la recuperación funcional del paciente ha sido "espectacular", ya que se ha podido reincorporar a la vida diaria, camina sin muletas y puede practicar deporte sin necesidad de tomar analgésicos.
El propio paciente ha destacado que tras la sucesión de "malas noticias" que sufrió desde que le diagnosticaron el cáncer, le ha ayudado mucho desde el punto de vista mental tener que poner de su parte para la rehabilitación y ver cómo progresaba y puede volver a caminar y correr."He pasado de ir en silla de ruedas a no necesitar las muletas", celebra el paciente, que está convencido de que si no se hubiera sometido a esta operación pionera se habría quedado cojo.
Entre septiembre y noviembre del pasado año fue cada día al hospital para hacer ejercicios de rehabilitación, con el objetivo de recuperar la movilidad en la zona, en Navidad podía andar sin muletas y un año después sigue mejorando e incluso ya puede correr, pese a que aún mantiene "pequeñas limitaciones" que va puliendo día a día.
Para tratar este caso pionero en España fue necesaria la colaboración de varios servicios del hospital, como el de Cirugía Ortopédica y Traumatología, el de Cirugía Plástica y Quemados, el de Oncología Médica y el de Oncología Radioterápica, así como profesionales del servicio de Anestesiología, Medicina Física, Rehabilitación y Enfermería.