Rouco se despide alertando de la amenaza de ruptura insolidaria sobre España

  • "La situación no es fácil" asegura tras criticar la "crisis profunda" y el relativismo de la sociedad
  • Plantea una renovación para aumentar la participación de todos sus miembros

El cardenal arzobispo de Madrid, Antonio María Rouco Varela, ha alertado, en su último discurso como presidente de la Conferencia Episcopal (CEE), de que España se encuentra con "graves" problemas de identidad y está amenazada por "posibles rupturas insolidarias".

En la inauguración de la asamblea plenaria de la Conferencia Episcopal Española que elegirá a su sucesor, Rouco ha subrayado el "agravamiento" en los últimos tiempos del problema de la "posible ruptura de la unidad de España" y ha denunciado que el nivel intelectual del discurso público "es más bien pobre", afectado por el "relativismo y emotivismo".

Una vez más, el cardenal ha lamentado la "crisis profunda" del matrimonio y la familia, el "envejecimiento" de la sociedad y la cultura "disgregadora y materialista del tener y disfrutar".

"La situación no es fácil", ha enfatizado Rouco en su discurso inaugural de la CIII Asamblea Plenaria de la Conferencia Episcopal, aunque ha afirmado que los obispos españoles no van a ahorrar esfuerzos para "abrir nuevos caminos al Evangelio" y para estar "en un verdadero estado de misión permanente".

Ha recordado que la Conferencia Episcopal se ideó en Madrid 1965, aunque no fue hasta un año después cuando se celebró la primera Asamblea Plenaria que aprobó los primeros estatutos, y también ha repasado los grandes documentos publicados por la Conferencia Episcopal Española en estos casi cincuenta años de historia.

Al final de su intervención, Rouco recordó a los obispos la vocación de servicio que deben tener y apuntó a la posibilidad de la renovación de las normas internas por las que se rigen. "Queda mucho más por hacer. La propia Conferencia Episcopal, según desea también el papa, habrá de avanzar en su organización interna y en la eficacia del servicio que presta y que está llamada a prestar.

¿Será conveniente renovar de nuevo los Estatutos en la línea de una mayor participación de todos sus miembros?", dijo. De hecho, añadió, que los estatutos "son un texto vivo".

LOS GRANDES TEMAS

Sobre las "posturas nacionalistas", Rouco se ha referido a una declaración ya hecha en la Comisión Permanente de la Conferencia Episcopal Española de octubre de 2012, en el que se dijo que las "propuestas políticas encaminadas a la desintegración unilateral de la unidad cultural y política" de España causan "una grave inquietud y, de acuerdo con la doctrina social católica acerca de la secesión, no son moralmente aceptables".

La crisis económica ha estado presente, asimismo, en el discurso de Rouco, que ha situado el tratamiento de este tema en el marco de "la honda crisis religiosa, moral y cultural" que vivimos y que afecta de manera especial a las familias, los jóvenes y los emigrantes.

Ha reconocido que el matrimonio y la familia no son "una realidad exclusiva o particular de los cristianos", pero que la Iglesia debe ayudarles "cuando no son reconocidos ni protegidos por la sociedad ni por las leyes de modo adecuado a su propia naturaleza y a su relevancia humana".

Así, ha criticado que "la tutela del derecho a la vida" se haya enfrentado en los últimos años a "nuevos desafíos", tanto en los comienzos de la existencia como en los finales de la misma, y ha denunciado la "ilicitud" de la reproducción humana artificial y sobre las "prácticas injustas" autorizadas por ley en España sobre ese tema o sobre o la regulación del aborto y del proceso final de la vida.

En cuanto a la educación, Rouco ha aseverado que la familia es "el sujeto primario" de la misma pero también necesita de la escuela y, en su caso, de la Iglesia. Ha resaltado que el Estado debe velar por que todos tengan acceso a la educación y que sea de calidad, pero que aquél no puede sustituir a la familia ni a la sociedad en la tarea educativa" y ha abogado por el derecho de los padres a elegir la educación religiosa de sus hijos.

"Se ha hecho mucho" pero "queda mucho más por hacer", ha resumido el cardenal arzobispo de Madrid, que ha concluido reflexionando sobre si sería "conveniente" renovar los estatutos de la Conferencia Episcopal para "una mayor participación" de todos sus miembros, y asegurando que la gran tarea pendiente es la de "la misión", a la que invita el papa Francisco.

APOYO DEL VATICANO

Tras el arzobispo, que se disculpó por la longitud de su discurso, tomó la palabra el nuncio del Vaticano en España, Renzo Fratini, que agradeció la "delicada encomienda" que ha protagonizado el arzobispo de Madrid.

Asimismo, trasladó el "ánimo" del papa Francisco al Episcopado Español y recordó el mandato Francisco a "abrir caminos nuevos al Evangelio por los cuales los fieles descubran lo que ya anida en su interior", contando con los sectores más desfavorecidos de la sociedad, como son las familias y los pobres.

Fratini también recordó a los prelados "ponerse en estado de misión permanente", aunque ejercitando la paciencia y "sabiendo respetar con humildad los tiempos de Dios". Precisamente, la paciencia y la valentía son dos de las características que el nuncio recomendó a los obispos españoles. Valentía para "ofrecer con generosidad de ofrecer la propia vida y consumirse por el rebaño" y paciencia "porque a cizaña nunca será tanta como para llenar el campo".

"Hay que trabajar más bien en la preparación del terreno, y actuar como sembradores confiados, evitando el miedo de quien cree que la cosecha sólo depende de él", añadió Fratini, llamando a que el legado de los obispos debe ser "sólamente" la santidad. Finalmente, el representante del Vaticano en España anticipó sus "mejores votos" a quien será el nuevo presidente del Episcopado.

EXPIRA EL MANDATO DE ROUCO AL FRENTE DEL EPISCOPADO

El cardenal arzobispo de Madrid, Antonio María Rouco Varela, vive sus últimas horas al frente de la Conferencia Episcopal Española (CEE), que este miércoles dará a conocer el nombre del obispo que la presidirá durante los próximos tres años.

El cardenal, que está a punto de celebrar 55 años como sacerdote y en agosto cumplirá 78 años, también aguarda el relevo como arzobispo de Madrid, una de las sedes, a las que la sociedad atribuye mayor poder eclesiástico.

La asamblea plenaria de la Conferencia Episcopal efectuará esta tarde una votación de sondeo, no vinculante, pero orientativa para los prelados, ya que el procedimiento no prevé candidatos oficiales a priori.

A pesar de ello, el obispo de Segovia, Ángel Rubio, ha reconocido que hay un "favorito", el arzobispo de Valladolid, Ricardo Bláquez, que lo es casi "por ley". "No sé si acierto -ha proseguido- diciendo que nunca ha habido, me parece, sorpresas llamativas en una Conferencia (Episcopal), en donde siempre hay un presidente y un vicepresidente, hay un Comité Ejecutivo, y en torno a ese equipo siempre ha sido" la elección, "está en la historia".

Sin embargo, el obispo de Orense, José Leonardo Lemos, ha indicado que "todos en principio" son favoritos para suceder a Antonio María Rouco Varela como presidente, si bien ha reconocido que se barajan algunos nombres.

Nombres que suenan para nuevo presidente de la Conferencia Episcopal Española, aparte de Blázquez, son el arzobispo castrense, Juan del Río; el de Sevilla, Juan José Asenjo; Oviedo, Jesús Sanz, y Valencia, Carlos Osoro, así como el obispo de Calahorra, Juan José Omella.