Los sistemas compuestos por varias estrellas podrían formarse en condiciones de inestabilidad gravitatoria, según revela un estudio que publica hoy la revista Nature.
La investigación, encabezada por el Departamento de Física y Astronomía de la Universidad de Oklahoma (EE.UU.), arroja luz sobre el origen y evolución de los sistemas multiestelares, destacan los autores.
Los expertos, entre los que se incluyen investigadores en Alemania y Suecia, llegaron a esa conclusión a través del análisis de un sistema compuesto por una protoestrella triple.
"Sistemas binarios y multiestelares son, con frecuencia, el resultado del proceso de formación de estrellas y, en consecuencia, casi la mitad de todas las estrellas con masas similares a la del Sol tienen, al menos, una estrella como acompañante", señalan los investigadores en el texto.
Según estos, los actuales estudios teóricos indican que "hay dos vías principales" que pueden "operar simultáneamente para formar sistemas de estrellas binarios o múltiples".
Por un lado, recuerdan, varias investigaciones han obtenido recientemente pruebas que apuntan a que las turbulencias ocurridas en el núcleo de la nube molecular que está formando la estrella pueden generar acumulaciones de material, que a su vez fragmenta y crea estrellas acompañantes.
En su estudio, los expertos de la Universidad de Oklahoma aportan más evidencias para verificar también la "segunda vía", que sostiene que la fragmentación del "disco protoestelar" -los gases y polvo que rodean a la estrella- está provocada por una inestabilidad gravitatoria.
Los científicos detectaron ese proceso en el "joven" sistema protoestelar triple denominado "L1448 IRS3B", cuya edad se estima que ronda los 150.000 años y que, en términos astrofísicos, se encuentra todavía en un periodo temprano de formación.
El "L1448 IRS3B" ya había sido objeto de estudio anteriormente, pero el telescopio del observatorio Alma, situado en pleno desierto de Atacama (Chile), ha ofrecido ahora nuevas imágenes de mayor calidad de este sistema protoestelar.
Los expertos han sido capaces de observar la existencia de "un brazo con forma de espiral" en el disco que rodea a las estrellas de "L1448 IRS3B".
Esto indica, aseguran, que el disco protoestellar ha sufrido recientemente un fenómeno de inestabilidad gravitatoria, lo que ha desembocado en la formación de, al menos, una de las estrellas acompañantes.