El Gobierno británico estudia penalizar a los padres que abusen psicológicamente de sus hijos y no les brinden el cariño y la atención que necesitan, tras una fuerte campaña de una organización que defiende los derechos de los menores.
Según informó el Gobierno, la crueldad emocional hacia los niños debería ser castigada, por lo que estudia la aprobación de una legislación que la tipifique como delito. Este plan responde a la campaña denominada "Ley Cenicienta", defendida por la organización benéfica Action for Children, cuyo director, Tony Hawkhead, dijo hoy que poner en marcha este plan sería "un paso monumental para miles de niños".
Los trabajadores sociales han visto casos de crueldad hacia menores, pero es muy difícil reunir pruebas suficientes y, sobre todo, porque estas actitudes aún no son consideradas como delito. El diputado conservador Robert Buckland, que apoya la campaña de Action for Children, dijo que el abuso psicológico provoca un "importante daño" en los pequeños.
Entre los comportamientos observados, agregó Buckland, figuran el ignorar la presencia del niño, no estimularlo, asustarlo hasta el punto de que el menor tiene miedo de contarle algo a sus padres. "Aislarlos, menospreciarlos, rechazarlos y, también, llevarlos a un comportamiento antisocial o criminal", señaló el diputado.
El objetivo de esta propuesta es castigar a padres que "dañen considerablemente" a sus hijos, "en lugar de educarlos y quererlos", declaró Buckland a la cadena BBC. El plan es incorporar este nuevo delito a la Ley de Niños y Jóvenes, que penaliza a padres que causen daño físico a sus hijos.
Así, un padre puede ser procesado por impedir el "desarrollo físico, intelectual, emocional y social" de su hijo. Según los medios británicos, el Gobierno espera aprobar esta nueva medida antes de las próximas elecciones generales, previstas para mayo del año próximo.
En los últimos años se han denunciado numerosos casos en el Reino Unido de abusos físicos de padres a sus hijos, que en muchos casos obliga a los servicios sociales a intervenir y retirarlos de su entorno familiar.