Seis años ha tardado el Reino Unido en reconocer que utilizó una "piedra espía" en un parque de Rusia. En concreto usó un canto rodado de unos 30 cm. de diámetro en cuyo interior se había instalado un ordenador al que se podían transmitir datos inalámbricamente desde un radio de unos 20 metros.
Los servicios secretos rusos, acostumbrados a vigilar a los representantes diplomáticos de otros paises, comprobaron como el personal de la embajada británica solía acudir a un parque de Moscú donde se paraba en un lugar concreto. Durante su permanencia en el lugar los agentes utilizaban una pantalla táctil. Decidieron averiguar qué ocurría e instalaron cámaras ocultas. Lo grabaron todo. Desde el informante ruso que se acercaba a pasar la información hasta los diplomáticos británicos que se aproximaban en otro instante a recoger los datos registrados en la computadora de la piedra. Es más vieron en una ocasión que provocaron interferencias como los británicos se llevaban dicha piedra.
Sin embargo no lo denunciaron y revelaron de inmediato. Esperaron a hacerlo un tiempo para aprovecharlo politicamente. El Gobierno ruso quiso retirar unas subvenciones a unas ONG`s rusas respaldadas por el Reino Unido y fue con ese motivo con lo que sacaron a la luz un reportaje con las imágenes del espionaje. Seis años después Jonattan Powell, estrecho colaborador del ex primer ministro británico Tony Blair, ha reconocido en una entrevista televisada que "lo de la piedra, fue una vergüenza". El experto en inteligencia secreta ruso Andre Soldatov asegura que es la primera vez que el Reino Unido reconoce este hecho pero que no aporta nada nuevo ya que lo interesante sería saber qué información salió de Rusia.
"Nos pillaron" ha aseverado Powell, ya estaba claro " que ya lo sabían desde hacía tiempo.