¿Qué le pasa a la sonda espacial Voyager 1?

  • Envía datos que no se corresponden con su situación real
  • Se encuentra a más de 23.000 millones de kilómetros, casi a un día-luz
La sonda interestelar Voyager 1
La sonda interestelar Voyager 1 |NASA

La sonda de la NASA Voyager 1 junto con su gemela Voyager 2 fueron lanzadas en la década de los años 70 en un proyecto de exploración planetaria del Sistema Solar, pero han acabado funcionando tan bien y tanto tiempo que su misión se ha convertido en una auténtica embajada de la Humanidad en caso de contactar con otras inteligencias.

La Voyager 1 se encuentra a más de 23.000 millones de kilómetros de la Tierra. Eso equivale a casi un día-luz. Eso significa que se tarda aproximadamente dos días en enviar un mensaje a la Voyager 1 y obtener una respuesta, un retraso al que el equipo de la misión está muy acostumbrado.

Todo normal...o casi

Y últimamente la Voyager 1 se comporta de manera extraña. El equipo de ingeniería está tratando de resolver un misterio: el explorador interestelar está operando normalmente, recibiendo y ejecutando comandos desde la Tierra, junto con la recopilación y devolución de datos científicos.

Pero las lecturas del sistema de control y articulación de actitud (AACS) de la sonda no reflejan lo que realmente está sucediendo a bordo.

El AACS controla la orientación de la nave espacial de 45 años. Entre otras tareas, mantiene la antena de alta ganancia de la Voyager 1 apuntando con precisión a la Tierra, lo que le permite enviar datos a casa.

Todos los signos sugieren que el AACS sigue funcionando, pero los datos de telemetría que devuelve no son válidos. Por ejemplo, los datos pueden parecer generados aleatoriamente o no reflejan ningún estado posible en el que podría estar el AACS.

Una llamada desde Madrid

La señal de la Voyager 1 tampoco se ha debilitado, lo que sugiere que la antena de alta ganancia permanece en su orientación prescrita con la Tierra. De hecho se sigue recibiendo la señal en las estaciones de la red de espacio profundo de la NASA, como la de Madrid, en Robledo de Chavela.

Estación de seguimiento de Robledo de Chavela / MADRIDDSN
Estación de seguimiento de Robledo de Chavela |MADRIDDSN

"Las naves espaciales tienen casi 45 años, lo que va mucho más allá de lo que anticiparon los planificadores de la misión. También estamos en el espacio interestelar, un entorno de alta radiación en el que ninguna nave espacial ha volado antes. Por lo tanto, hay algunos grandes desafíos para el equipo de ingeniería. Pero creo que si hay una manera de resolver este problema con AACS, nuestro equipo la encontrará", dice Suzanne Dodd, gerente de proyecto de las Voyager 1 y 2 en el Laboratorio de Propulsión a Chorro de la NASA en el sur de California (JPL).

La 'crisis' de 2017

En 2017 la Voyager ya pasó por un momento delicado. Los propulsores principales de la Voyager 1 mostraron signos de degradación, por lo que los ingenieros cambiaron a otro conjunto de propulsores que se habían utilizado originalmente durante los encuentros planetarios de la nave espacial. Esos propulsores funcionaron, a pesar de haber estado sin usar durante 37 años.

La Voyager 2 (actualmente a 19.500 millones de kilómetros de la Tierra), continúa operando normalmente.