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Astrónomos han descubierto un planeta helado gigante a 25.000 años luz de distancia. Es el primero de su clase fuera de nuestro sistema solar y se asemeja a Urano. Un equipo de investigación internacional liderado por Radek Poleski, investigador postdoctoral en la Universidad Estatal de Ohio, describe el descubrimiento en un artículo que aparece en línea en la revista The Astrophysical Journal.

Mientras que Urano y Neptuno están compuestos principalmente de hidrógeno y helio, ambos contienen cantidades significativas de hielo de metano, lo que les da su aspecto azulado. Dado que el planeta recién descubierto está tan lejos, los astrónomos no pueden realmente decir nada acerca de su composición.

Pero la distancia a su estrella sugiere que se trata de un gigante de hielo, y como la órbita del planeta se asemeja a la de Urano, los astrónomos están estudiando la posibilidad que sea un análogo de Urano. Independientemente, el planeta recién descubierto lleva una existencia turbulenta: orbita una estrella en un sistema binario de estrellas, con la otra estrella lo suficientemente cerca para perturbar la órbita del planeta.

El hallazgo podría ayudar a resolver un misterio sobre los orígenes de los gigantes de hielo en nuestro sistema solar, dijo Andrew Gould, profesor de astronomía en el estado de Ohio. "Nadie sabe con certeza por qué Urano y Neptuno están situados en las afueras de nuestro sistema solar, cuando nuestros modelos sugieren que deberían haberse formado más cerca del sol", dijo Gould.

"Una idea es que se formaron mucho más cerca, pero fueron empujados alrededor de Júpiter y Saturno y llegaron más lejos." "Tal vez la existencia de este planeta se asocia con la interferencia de la segunda estrella", continuó.

El sistema binario de estrellas se encuentra en nuestra galaxia, la Vía Láctea, en la dirección de Sagitario. La primera estrella es aproximadamente dos tercios más masiva que nuestro Sol, y la segunda estrella es aproximadamente un sexto más masivo. El planeta es cuatro veces más masivo que Urano, pero su orbita respecto a la primera estrella en casi exactamente la misma distancia que la de Urano con nuestro sol.

Los astrónomos descubrieron el sistema solar debido a un fenómeno llamado microlente gravitacional, cuando la gravedad de una estrella enfoca la luz de una estrella más distante y la magnifica como una lente. En muy raras ocasiones, la firma de un planeta que orbita la estrella lente aparece dentro de esa señal de luz ampliada.

En este caso, hubo dos eventos separados de micro-lente, una en 2008 que reveló la estrella principal y sugirió la presencia del planeta, y otra en 2010 que confirmó la presencia del planeta y reveló la segunda estrella. Ambas observaciones se realizaron desde el Observatorio Las Campanas en Chile como parte del Experimento Óptico Gravitational Lensing (OGLE).

Poleski dirigió el análisis, lo que implicaba la combinación de las dos observaciones OGLE. Cuando lo hizo, fue capaz de calcular las masas de las dos estrellas y el planeta, y sus distancias entre sí, una hazaña que él dice que sólo se puede hacer a través de microlente.

"Tuvimos la suerte de ver la señal del planeta, su estrella, y la estrella compañera. Si la orientación hubiera sido diferente, habríamos visto sólo el planeta, y probablemente lo hubiéramos llamado un planeta que flota libremente", añadió.