Las escasas lluvias caídas en otoño hacen prever a los especialistas que la primavera que se avecina será "suave" para los alérgicos al polen, que, no obstante, podrán ver "agravados" los síntomas propios de la rinitis por los altos niveles de contaminación existentes, en parte debido a esa falta de pluviosidad.
El índice de acumulación de pólenes suele estar marcado por la pluviosidad de los meses de otoño e invierno, y este año ha sido "bastante escasa", lo que hace pensar que "estemos ante una primavera entre leve y moderada", explicó en rueda de prensa Francisco Feo, jefe del Comité de Aerobiología de la Sociedad Española de Alergología e Inmunología Clínica (Seaic). Se espera, prosiguió el doctor, que las concentraciones de pólenes de gramíneas, las más alergénicas, se sitúen en torno a los 2.600 granos por milímetro cúbico de aire, lo que, de cumplirse, significaría una primavera "suave" para los afectados.
CONTAMINACIÓN
Ahora bien, matizó el experto, la falta de lluvias en otoño, que, ciertamente, favorece la baja polinización en primavera, aumenta los niveles de contaminación en las ciudades, y esto es "un riesgo añadido para los alérgicos". Y es que, indicó el alergólogo, el polen, en combinación con los agentes contaminantes, "puede llegar a hacerse mucho más agresivo". La contaminación, detalló, produce cambios en la estructura de las partículas, que las hace más capaces de provocar sensibilización en el paciente, el paso previo a padecer alergias.
Pero aunque el polen más alérgeno es el de gramíneas, presente sobre todo en mayo y junio, no es el único que provoca estragos en los pacientes. Así, el procedente del ciprés, que florece en marzo; el del plátano de sombra, que lo hace en marzo y abril; el de olivo (en mayo y junio), y algunos tipos de setos son, como las gramíneas, enemigos para muchos españoles.
De esta forma, indicó Feo, la alergia al polen es "casi perenne" en España, donde se calcula que afecta a entre el 15% y el 20% de su población general y al 40% de sus adolescentes. De todos los pacientes alérgicos al polen, el 80% lo son a a las gramíneas, el 43%, al olivo, el 22% tienen problemas con el plátano de sombra, el 13%, con el ciprés y el 11%, con la parietaria. Y aunque para casi todos ellos la primavera se prevé "suave", no cabe esperar, sin embargo, que lo sea para los alérgicos al plátano de sombra y a las quenopodiáceas (un tipo de seto), que florecen con tiempo seco y soleado y que, por tanto, si no llueve, estarán muy presentes en el ambiente.