La fibrosis pulmonar idiopática es una enfermedad silenciosa y cruel que afecta a unas 100.000 personas. Su detección temprana es tan difícil como fundamental, porque suele confundirse con una gripe y solo los neumólogos son capaces de diagnosticarla.
Unas 7.500 personas en España y 110.000 en Europa están diagnosticadas y cada año se detectan unos 35.000 casos nuevos.
PROBLEMAS DE DIAGNÓSTICO
Uno de los principales problemas es el diagnóstico tardío. Desde que se detecta el primer síntoma hasta que el paciente acude a un centro especializado pueden transcurrir hasta dos años.
De todo ello hablamos con Carlos Lines, presidente de la Federación Europea de Fibrosis Pulmonar Idiopática, Aconseja Lines que cuanto antes se comience a aplicar el tratamiento mejor porque la capacidad pulmonar que se pierde no se recupera, aunque hay un nuevo fármaco que está dando buenos resultados.
La que Federación que preside Lines se ha dirigido a la Comisión Europea para que apoye la investigación sobre la fibrosis pulmonar. Están intentado recabar las firmas de los eurodiputados. El lunes es la fecha límite para lograr todas las firmas necesarias, unas 375, y se han recogido ya algo más de 300.
La fibrosis pulmonar es una afección en la cual el tejido de los pulmones cicatriza y, por lo tanto, se vuelve grueso y duro. Esto produce dificultades a la hora respirar y es posible que la sangre no reciba el oxígeno suficiente.
MEDIANA Y AVANZADA EDAD
La fibrosis pulmonar es una enfermedad que suele afectar a personas de mediana y avanzada edad y tiene una evolución variable según el paciente: algunos casos no progresan prácticamente en años mientras que otros evolucionan rápidamente, siendo los casos más peligrosos, por lo que el diagnóstico precoz es fundamental.
Cuando los expertos realizan los análisis de la función pulmonar, mediante espirometría, pueden encontrar limitaciones pulmonares y modificaciones en el intercambio habitual de gases que lleva a cabo el pulmón.
CAUSAS PROBABLES
Sus causas aún son desconocidas y los expertos continúan estudiándolas. Sin embargo, hay ciertos riesgos que ayudan a fomentar esta enfermedad, por ejemplo, el tabaco. Según el número de cigarros que se fumen al día, y los años de fumador, varía el riesgo de padecer fibrosis pulmonar.
También se ha encontrado relación con algunos medicamentos comunes, como los antidepresivos, aunque los expertos desconocen el porqué. Otro motivo puede ser cuando el reflujo del ácido gástrico va hacia la vía respiratoria de forma crónica. Asimismo, existen causas ambientales, tanto en el medio rural como urbano.
La exposición a ciertas sustancias como el serrín, el acero, el plomo, el latón o la madera de pino, se asocia, también, con el desarrollo de esta enfermedad.