"Si queremos apuntar a un futuro que sea digno para ellos (los jóvenes), podremos lograrlo sólo apostando por una verdadera inclusión: esa que da el trabajo digno, libre, creativo, participativo y solidario", dijo el Papa Francisco.
Jorge Bergoglio realizó estas reflexiones durante la celebración de las primeras vísperas de la Solemnidad de María Santísima Madre de Dios, una ceremonia solemne que tuvo lugar en la basílica vaticana de San Pedro y en la que se entonó el Te Deum de acción de gracias por el año que termina.
"ESTAMOS EN DEUDA"
Durante la homilía, el Papa señaló que las sociedades actuales están en "deuda" con los jóvenes e hizo un llamamiento para que se fomente su inclusión. Para Francisco, las sociedades han "creado una cultura que, por un lado, idolatra la juventud queriéndola hacer eterna" pero que al mismo tiempo condena a los jóvenes "a no tener un espacio de real inserción".
"Lentamente los hemos ido marginando de la vida pública obligándolos a emigrar o a mendigar por empleos que no existen o no les permiten proyectarse en un mañana", lamentó. "Hemos privilegiado la especulación en lugar de trabajos dignos y genuinos que les permitan ser protagonistas activos en la vida de nuestra sociedad. Esperamos y les exigimos que sean fermento de futuro, pero los discriminamos y 'condenamos' a golpear puertas que en su gran mayoría están cerradas", añadió.
Bergoglio consideró esencial ayudar a los jóvenes a que recuperen "en su tierra, en su patria, horizontes concretos de un futuro a construir", y lanzó un llamamiento general para que las sociedades no se priven "de la fuerza de sus manos, de sus mentes, de su capacidad de profetizar los sueños de sus mayores".
En la homilía pronunciada ante los miles de fieles que acudieron a la Basílica de San Pedro del Vaticano, Francisco también dirigió un mensaje en el que pidió que se rechace la lógica centrada "en el privilegio, en las concesiones" y en "los amiguismos" y abogó por una "lógica del encuentro, de la cercanía y la proximidad".
"No podemos permitirnos ser ingenuos. Sabemos que desde varios lados somos tentados para vivir en esta lógica del privilegio que nos aparta-apartando, que nos excluye-excluyendo, que nos encierra-encerrando los sueños y la vida de tantos hermanos nuestros", dijo.
Finalmente, el Papa dio las "gracias por todos los signos de la generosidad divina" y señaló que el tiempo que está por venir "requiere de iniciativas audaces y esperanzadoras, así como de renunciar a protagonismos vacíos o a luchas interminables por figurar".