El papa Benedicto XVI dijo hoy que "el mal y el sufrimiento de los inocentes" pueden despertar "dudas" en la fe, pero estas no convierten a alguien en un "no creyente" y que en esta situación Dios no deja a nadie "sólo ni aislado".
Benedicto XVI lanzó este mensaje en el discurso dirigido a los cerca de 40.000 peregrinos que acudieron al encuentro de oración en la plaza de San Pedro del Vaticano, con motivo del 35 Encuentro Europeo de Jóvenes, convocado por la comunidad de Taizé, que este año se celebra en Roma y que se prolongará hasta el próximo 2 de enero.
Durante su discurso, el papa quiso asegurar también "el compromiso irrevocable de la Iglesia católica a continuar la búsqueda de vías de reconciliación para lograr la unidad visible de todos los cristianos".
"En el año que comienza, vosotros os proponéis liberar las fuentes de la confianza en Dios para vivirlas en el día a día", dijo el pontífice a los jóvenes presentes en la plaza de San Pedro en esta nueva etapa del llamado "peregrinaje de la confianza en la Tierra", promovido por la comunidad de Taizé desde hace varios decenios.
Benedicto XVI les aseguró que Dios no les deja solos ni aislados, sino que brinda "el júbilo y el consuelo de la comunión de la Iglesia" cuando, ante "el sufrimiento de los inocentes", surgen "dudas y turbación" que pueden hacer "el sí a Cristo difícil".
"Cristo desea recibir de cada uno de vosotros una respuesta que venga de vuestra libertad profunda, no de la obligación ni el miedo", agregó el papa, que se dirigió a los jóvenes en italiano, francés, inglés, alemán y polaco.
Asimismo, señaló: "Volviendo a vuestras casas, en vuestros respectivos países, os invito a descubrir que Dios os hace corresponsables de su Iglesia, en toda la variedad de las vocaciones. Esta comunión que es el cuerpo de Cristo os necesita y vosotros tenéis en ella todo vuestro lugar", aseveró.
El pontífice recordó que se trata de la cuarta ocasión que esta reunión se celebra en Roma y evocó las palabras de su predecesor, Juan Pablo II, quien en la anterior edición celebrada en la capital italiana aseguró: "el papa se siente profundamente comprometido con vosotros en este peregrinaje de confianza en la Tierra... También yo he sido llamado a ser un peregrino de confianza en nombre de Dios".
Benedicto XVI se refirió también a la figura del fundador de la comunidad ecuménica de Taizé, el hermano Roger Schutz, asesinado el 16 de agosto de 2005, a quien definió como "un testigo incansable del Evangelio de la paz y la reconciliación, animado por el fuego del ecumenismo de la santidad".
Así, invitó a dejarse guiar por su "testimonio hacia una ecumenismo verdaderamente interiorizado y espiritualizado".
Recordó, además, cómo "hace poco más de setenta años el hermano Roger dio vida a la Comunidad de Taizé, que a día de hoy sigue acogiendo a miles de jóvenes de todo el mundo, en busca de un sentido para su vida. Los hermanos les acogen en su oración y les ofrecen la ocasión de tener la experiencia de una relación personal con Dios".
Según los organizadores, cerca de 40.000 jóvenes de todo el mundo se reunirán estos días en Roma con motivo de este encuentro.
Los participantes son acogidos por comunidades y familias durante su estancia.
El prior de la comunidad de Taizé, el hermano Alois, que entregó al pontífice un cesto ruandés con semillas de sorgo como regalo de lo jóvenes africanos de la comunidad, expresó su deseo de que "este encuentro sea un experiencia de comunión y que los jóvenes puedan conocer la Iglesia como un lugar de amistad donde es posible reunirse más allá de todas las fronteras".
La comunidad de Taizé, que fue fundada en la década de los cuarenta en la homónima aldea francesa, promueve el ecumenismo y es centro de encuentro de jóvenes de diversas confesiones cristianas.
En ediciones anteriores, sus encuentros anuales reunieron a miles de participantes en ciudades como Berlín, Bruselas, Ginebra, Zagreb, Milán, Lisboa, Hamburgo, Budapest y París.