Benedicto XVI regresaba anoche a Italia. Descansa ya en Castelgandolfo la residencia de verano de los papas. Ponía así fin a sus cuatro días de intensa agenda en Alemanía. En el aeropuerto de Frigurbo, última parada de su visita, era despedido por el Presidende Federal, Christian Wulff. Antes de subir al avión que le llevaba a la capital italiana, Benedicto XVI ha agradecido la acogida del país de la reforma. Y precisamente al encuentro que mantuvo el viernes con la comunidad evángelica de Alemania, un momento histórico, se ha referido el Papa en su ultimo discurso.
En Friburgo, el Pontífice recibía un nuevo baño de multitudes. En esa ciudad germana celebraba una eucaristía ante 100 mil personas, muchas venidas de otros países próximos a Alemania. Además ha pedido una renovación interna de la Iglesia que debe despojarse de la riqueza terrenal y el poder político, según Benedicto XVI.
Finaliza, por tanto, el tercer viaje del Papa a su Alemania natal. En Castelgandolfo, a pocos kilómetros de Roma descansa y prepara su próximo viaje internacional que a mediados de noviembre de llevará al Africa. Será el segundo viaje del Pontífice al continente negro.