El Papa Francisco ha asegurado que, por medio de la Cruz, Jesús se une a "tantos" jóvenes que ya no confían en los políticos debido a la corrupción y también a aquellos que han perdido la fe por la "incoherencia" de los cristianos y de los ministros del Evangelio. "¡Cuanto hacen sufrir a Jesús nuestras incoherencias!", ha improvisado.
"En ella (la Cruz) Jesús se une a tantos jóvenes que han perdido su confianza en las instituciones políticas porque ven egoísmo y corrupción, o que han perdido su fe en la Iglesia, e incluso en Dios, por la incoherencia de los cristianos y de los ministros del Evangelio", ha subrayado en su discurso de este viernes en el Viacrucis que se ha celebrado en la Playa de Copacabana.
Ante cientos de miles de jóvenes, Francisco también ha indicado que Jesús con su Cruz se une "al silencio de las víctimas de la violencia, que no pueden ya gritar, sobre todo los inocentes y los indefensos"; a "las familias que se encuentran en dificultad, que lloran la pérdida de sus hijos, o que sufren al verlos víctimas de paraísos artificiales como la droga"; a "todas las personas que sufren hambre en un mundo que cada día tira toneladas de alimentos"; y a quien "es perseguido por su religión, por sus ideas, o simplemente por el color de su piel". También ha recordado a los 242 jóvenes victimas del incendio en la ciudad de brasileña de Santamaría.
El Papa ha invitado a los jóvenes a hacer resonar en sus corazones tres preguntas: "¿Qué han dejado ustedes en la Cruz?¿Qué ha dejado la Cruz en los que la han visto, en los que la han tocado? y ¿Qué deja en cada uno de nosotros?".
Según ha precisado, la Cruz de Jesús deja un bien "que nadie más puede dar": "la certeza del amor indefectible de Dios" por cada uno. Este amor, según ha explicado es "tan grande que entra en el pecado y lo perdona, entra en el sufrimiento y da fuerza para sobrellevarlo, entra también en la muerte para vencerla y salvar" al mundo. En este sentido, ha afirmado que "no hay en la vida cruz, pequeña o grande, que el Señor no comparta".
Además, ha indicado que es un amor del que uno se puede fiar y en el que se puede creer. "Queridos jóvenes, fiémonos de Jesús", ha exclamado, al tiempo que ha remarcado que con él, "el mal, el sufrimiento y la muerte no tienen la última palabra" y que él "ha transformado la Cruz de instrumento de odio, de derrota, de muerte, en signo de amor, de victoria y de vida".
El Papa Francisco ha añadido que esa misma Cruz enseña también a "mirar siempre al otro con misericordia y amor, sobre todo a quien sufre, a quien tiene necesidad de ayuda, a quien espera una palabra, un gesto" y a salir de uno mismo para ir a su encuentro y tenderles la mano.
En esta línea, ha instado a los jóvenes a elegir a quién de los que acompañaron a Jesús en su camino al Calvario quieren parecerse, si a Pilato "que no tiene la valentía de ir contracorriente para salvar la vida de Jesús y se lava las manos", si al Cireneo "que ayuda a Jesús a llevar aquel madero pesado" o si a María y a las otras mujeres "que no tienen miedo de acompañar a Jesús hasta el final, con amor, con ternura". "Y tú, ¿como quién eres?", ha interpelado a los jóvenes.