No, el núcleo de la Tierra ni se ha parado ni va en dirección contraria

  • Algunas informaciones han dado por cierta una hipótesis sobre un fenómeno que no es nuevo
  • En la rotación terrestre, además del núcleo interno, afecta y mucho la gravedad de la Luna

En pocas horas muchos han pasado del desconocimiento del interior de la esfera terrestre a saber las capas, materiales, profundidades y funciones que realizan la corteza, el manto y el núcleo de la Tierra.

Las investigaciones de algunos autores que estimaban la posibilidad de que el núcleo del planeta se hubiera detenido tras analizar la alteración de ondas sísmicas, han provocado una catarata de comentarios e incluso afirmaciones de otros científicos que daban cierto crédito a esa posibilidad.

Sin embargo, constatar de manera irrefutable que el núcleo de la Tierra ha dejado de girar o gira en contrarrotación al sentido habitual de la Tierra, eso es realmente complicado.

El Instituto de Geociencias, centro mixto del CSIC y de la Universidad Complutense de Madrid, ha explicado que "lo que la nueva investigación afirma es que el núcleo ha decrecido su velocidad y está 'desacompasado' con la velocidad de giro del resto del planeta. Es como si nosotros (la corteza) nos adelantáramos respecto al núcleo". Decrecer la velocidad no es precisamente detenerse.

Que lo que pasa en el núcleo de la Tierra nos afecta a los que vivimos sobre la litosfera terrestre es cierto. En la capa más profunda se genera ese efecto dinamo que genera un campo magnético que nos protege de la radiación procedente del espacio.

También afecta a la duración de los días en la Tierra lo que pasa dentro de nuestro planeta. Pero la explicación se completa con algo que pasa bastante lejos del núcleo. A más de 350.000 kilómetros. En la Luna. Nuestro satélite natural con su efecto gravitacional y las fuerza de marea es el responsable de que los días se alarguen.

De hecho la Luna se aleja de la Tierra poco menos de 4 centímetros cada año y ese alejamiento afecta a la ralentización de la rotación terrestre, algo que es imperceptible.

La nueva hipótesis, que es sólo eso, plantea que "la velocidad con la que la Luna estaba frenándonos experimentaba valores anómalos. Así mediante la propagación de ondas sísmicas de determinados terremotos, se observó que podía deberse a la rotación diferencial del núcleo".

Pero esto ya ocurrió en los años 70. De hecho se piensa que el núcleo tiene periodos de unos 70 años en los que su rotación oscila y provoca estos desacoples. En cualquier caso, todo esto necesita mucha más investigación, más datos y que equipos de investigadores de distintos lugares puedan repetir las observaciones y llegar a los mismos resultados...o no.

Mientras tanto, el núcleo de la Tierra sigue girando. Y mejor que lo haga, por nuestro bien.