Un bebé de 13 meses ha muerto en el marco de una disputa entre sus padres y un grupo de funcionarios que pretendían multar al matrimonio por tener un tercer hijo, violando con ello la política del hijo
único, en el este de China.
El suceso ocurrió el pasado lunes, cuando once funcionarios del Gobierno de Qingxiang exigieron a Chen Liandi y a Li Yuhong que pagaran una multa de entre 30.000 y 40.000 yuanes (3.552 y 4.736 euros), bajo amenaza de arresto.
Los padres se negaron y se desató una fuerte discusión durante la cual el bebé cayó al suelo y fue atropellado por uno de los coches de los funcionarios, sin que los padres pudieran hacer nada. Aunque fue hospitalizado, finalmente ha fallecido.
El suceso ha provocado que miles de personas se hayan concentrado ante la sede del Gobierno local para exigir responsabilidades a sus dirigentes, según han informado varios testigos a la agencia de noticias Xinhua.
Después de la multitudinaria protesta, la Policía local ha detenido al jefe del Partido Comunista de China (PCCh) en Qingxiang y al conductor, identificados como Bai y Cheng, por estos hechos.
El régimen comunista solamente permite tener un hijo a las parejas de las ciudades y hasta dos a las parejas de las zonas rurales. Grupos pro Derechos Humanos han denunciado numerosos abusos en aplicación de esta política de planificación familiar, entre ellos abortos y esterilizaciones forzosos.
El pasado mes de junio, una mujer de la provincia de Shaanzi (noroeste), Feng Jianmei, fue obligada a abortar en su séptimo mes de gestación porque no pudo pagar la multa de 40.000 yuanes. Tras destaparse el escándalo, ha sido indemnizada con 70.600 yuanes (8.360 euros).