Sergio Morate, el presunto asesino de jóvenes Laura del Hoyo y Marina Okarynska, se echó al suelo inmediatamente, con las manos a la vista por encima de la cabeza, cuando vio entrar a los agentes fuertemente armados que lo detuvieron en una habitación que ocupaba con otros dos hombres. Así lo reflejan las imágenes de la policía rumana grabadas en el momento de la detención ayer tarde de Morate en un edificio de una planta de la localidad de Lugoj, en la región de Timisoara.