El acceso al museo Metropolitan de Nueva York (MET) para admirar Picassos, Renoirs, Rembrandts y otras obras maestras tiene un precio oficial de 25 dólares, un precio "recomendado", palabra que aparece en letras pequeñas en el ticket, lo que ha llevado a interponer una demanda colectiva contra el museo, según informa USA Today.
Este precio que parece en la entrada es una mera donación, y la cifra algo orientativo. De hecho todo visitante al Metropolitan Museum of Art debe dar un donativo para poder entrar, aunque no importa la cantidad, aunque sea un centavo.
La confusión sobre cuánto hay que pagar para entrar a uno de los museos más importantes del mundo ha llevado a algunos de sus visitantes a interponer una demanda colectiva acusando al MET de estafar al público haciéndolo creer que el precio que aparece en la entrada es obligatorio.
La demanda establece que el museo promueve la estafa y viola una ley estatal de Nueva York de 1893, según la cual el público debe poder entrar de manera gratuita a la institución al menos cinco días y dos noches de la semana. A cambio, el museo recibe donativos anuales de la ciudad y no tiene que pagar alquiler de su edificio y terrenos en la exclusiva Quinta Avenida en Central Park.
El portavoz del Museo, Harold Holzer, negó cualquier engaño y dijo que llevan a cabo una política que exige que los visitantes paguen una cantidad no determinada, algo se estableció hace más de cuatro décadas. "Alrededor del 40% de los visitantes pagan el precio completo porque ellos así lo desean", aseguró el portavoz a la BBC.
COMPENSAR A LOS QUE PAGARON
La demanda busca una compensación a miembros y visitantes del museo que pagaron con tarjeta de crédito en los últimos años. La demanda señala que la página web no menciona que el precio de la entrada es una recomendación.
"El museo fue diseñado para estar abierto a todo el mundo, independientemente de sus circunstancias económica, pero el museo se ha convertido en una atracción turística solo para la élite", aseguró el abogado Arnold Weiss, que representa a tres usuarios del museo, un newyorkino y dos turistas checos.