Otro caso que sobrecogió a todos fue el de la niña Mari Luz Cortés, asesinada en enero de 2008 por Santiago del Valle tras abusar de la pequeña. Lejos de cambiar de aptitud, Del Valle intentó apadrinar a una niña en Colombia.
La ONG, con la que se puso en contacto, comunicó los hechos a la justicia y lo más importante evitó que el pederasta viera a la menor.
Santiago del Valle condenado a 22 años de carcel por abuso sexual y el asesinato de niña. Su obsesión por las menores le ha llevado a ponerse en contacto con Plan internacional España que tramita apadrimamientos en países en vias de desarrollo.
Encarcelado en la prisión de Herrera de La Mancha el pederasta se valió, como en otras ocasiones, de su mujer que el pasado mes de abril se dio de alta en la ONG como madrina de una niña colombiana de ocho años.
A través de su esposa, Del Valle entregó una carta escrita de su puño y letra dirigida a la pequeña. En la misiva el pederasta la intentaba convencer de que era mejor que contactasen directamente saltándose el control de la ONG.
La ONG de protección para la infancia, que filtra todas las cartas ante de enviarlas a los niños apadrinados, encendió todas las alarmas. Dio de baja a la mujer Del Valle. Pero lejos de amedrentarse el pederasta envió un nuevo escrito en el que pedía apadrinar a una niña de entre 10 y 12 años de Rusia, China o Ucrania.
Plan Intenerancional España asegura en un comunciado que no ha habido contacto entre Del Valle y la niña colobiana. Además han puesto el asunto en manos de Instituciones penitenciarias y de la Justicia.